El hígado graso es una acumulación de grasa en las células de este órgano, que causa procesos inflamatorios. Se presenta cuando se acumula mucha grasa en las células hepáticas.
Aunque es normal tener una pequeña cantidad de esta sustancia en las células, se considera grave cuando se llega a más del 5 % de grasa, según el magacín especializado en salud, Healthline.
Cabe resaltar que el hígado graso (no por consumo de alcohol) es la enfermedad hepática más frecuente en el mundo y la causa principal de la enfermedad crónica del hígado, que padece el 30 por ciento de la población general.
En la mayoría de los casos, la causa de la enfermedad es la obesidad y un estilo de vida poco saludable, así como inactividad física. Además, según los especialistas de la Clínica Mayo, se puede convertir en una enfermedad hepática más seria, hasta llegar al trasplante de hígado, a la cirrosis e, incluso, al cáncer.
Dieta para el hígado graso
- Se recomienda consumir por lo menos de 4 a 5 porciones; entre vegetales y frutas al día como por ejemplo: fresas, calabacín, berenjena, limón, lechuga, tomate, cebolla, pera, zanahoria, manzana, durazno, papaya, moras, frambuesas, naranja, ciruelas, entre otros;
- Los huevos: ricos en proteínas y si se preparan hervidos, contienen poca grasa y son saludables.
- Todo tipo de carnes blancas: estas son bajas en grasas, puedes consumir, pavo, pollo y pescado.
- La leche y yogurt descremados: son tus mejores aliados para darte un gusto saludable mientras el hígado se recupera.
- Lo bueno de esta dieta, es que permite comer quesos blancos (pero no en exceso).
- Toda dieta debe incluir un porcentaje pequeño de grasa, en este caso debes utilizar aceite de oliva, esto se puede colocar a las ensaladas (utiliza como máximo 1 cucharadita por día). Otra manera saludable de enriquecer la dieta con grasas buenas, es añadir el consumo moderado de aguacate. Esto ayudará a darle un toque fresco a las recetas sin correr riesgos.
Frutas que se deben evitar para el hígado graso
- Las uvas son ricas en fructosa, un tipo de azúcar que se puede convertir en grasa en el hígado si se consumen en exceso. Además, las uvas contienen un compuesto llamado resveratrol, que puede dañar el hígado si se consume en grandes cantidades.
- El mango es una fruta muy dulce y es rico en fructosa. Además, contiene ácido fólico, que puede aumentar el riesgo de hígado graso.
- La piña es otra fruta que es rica en fructosa y ácido fólico. También contiene una enzima llamada bromelina, que puede dañar el hígado si se consume en grandes cantidades.
- Los higos son una fuente de fibra y vitaminas, pero también son ricos en fructosa y ácido fólico. Estos dos compuestos pueden aumentar el riesgo de hígado graso.
Jugo de melón y menta para el hígado graso
La menta es una planta medicinal muy utilizada para tratar problemas digestivos, ya que tiene sustancias amargas que ayudan a revitalizar la salud del hígado y de la vesícula, aliviando síntomas como mareos y la hinchazón abdominal, según el portal especializado en salud Tua Saúde.
Además, el consumo regular de jugo de melón, junto a una dieta saludable, favorece a la limpieza hepática y podría prevenir el hígado graso.
Ingredientes:
- ¼ de melón.
- Un puñado de menta.
Preparación:
- Añadir los ingredientes en la licuadora y batir hasta obtener una mezcla homogénea y con pequeños trozos de menta.
- Si es necesario, añadir un poco de agua para que el jugo quede un poco más líquido.
- Por último, beber el jugo recién preparado.