El término envejecimiento saludable se ha utilizado para referirse a un estado positivo y libre de enfermedades, de acuerdo con la Organización Panamericana de la Salud y la Organización Mundial de la Salud (OPS/OMS).

No obstante, envejecer de manera saludable no significa envejecer sin enfermedades. Envejecer de manera saludable significa ser capaz de hacer durante el máximo tiempo posible las cosas a las que las personas le dan valor.

Por ello, tener una alimentación balanceada y saludable que incluya proteínas, grasas, carbohidratos y todos los nutrientes que el cuerpo necesita es vital para prevenir un envejecimiento prematuro y la revista Cuerpomente recomendó ingerir alimentos antioxidantes que contengan “vitaminas C y E, provitamina A y los minerales zinc y selenio, ya que esto ayuda a formación de colágeno”.

No obstante, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, la composición exacta de una alimentación variada, equilibrada y saludable estará determinada por las características de cada persona (edad, sexo, hábitos de vida y grado de actividad física), el contexto cultural, los alimentos disponibles en el lugar y los hábitos alimentarios.

Sobre la misma línea, la revista enumeró diez alimentos que no pueden faltar en una dieta antienvejecimiento:

1. Tempeh, probióticos y aminoácidos.

2. Té verde matcha.

3. Nueces.

4. Cúrcuma y jengibre.

5. Uvas negras.

6. Pimiento rojo.

7. Frutos del bosque.

8. Semillas de girasol.

9. Bayas de goji.

10. Kéfir de agua.

Por su parte, la doctora Lorea Bagazgoitia, en su libro Lo que dice la ciencia sobre el cuidado de la piel, recomienda algunos alimentos para mejorar la producción del colágeno (sustancia principal que otorga elasticidad a la piel), y el cuidado de la piel y destaca: los huevos, verduras y carnes rojas, al igual que otros que contengan omega 3.

Otros alimentos recomendados son: pollo, cítricos (naranjas y pomelos/toronjas), bayas (fresas, frambuesas, arándanos y moras), frutas tropicales (mango, kiwi, piña, melón y guayaba), ajo, hojas verdes (espinaca, col rizada, acelgas, brócoli y demás verduras de ensalada) y tomates.

No obstante, existen otros alimentos que envejecen y, según el medio digital Cocina Vital, son: margarina, productos congelados, bebidas energizantes, jamón, tocino y salchichas, azúcar, alcohol, fritos, pizza de pepperoni, agave y carne al carbón.

Asimismo, comer pan, galletas, caramelos, jugos artificiales, entre otros productos, contribuye al aumento de la glucosa en la sangre. Este exceso de azúcar se engancha a algunas proteínas (elastina y colágeno entre ellas), lo que causa que estas proteínas se vuelvan rígidas por un proceso denominado glicación, lo cual no favorece al cuidado de la piel.

De todos modos, antes de consumir algún alimento o dejarlo lo primero que hay que hacer es consultar a un experto de la salud para que sea este quien guíe el proceso e indique qué es lo más adecuado para cada persona.

Por su parte, la especialista en cosmética, nutrición, y dietas, Rocío Escalante, le señaló al medio español Vozpópuli, que la piel tiene varios cuidados específicos para que esta luzca brillante y saludable y las recomendaciones son:

1. Utilizar productos adecuados: hay que saber cuál es el tipo de piel de cada persona.

2. Tener constancia: la única forma de ver resultados es siendo constantes.

3. Realizar limpieza facial: es necesaria para el cuidado de la piel, ya que con esto se eliminan impurezas del rostro y este proceso se debe realizar en las mañanas y en las noches.

4. Seguir el orden adecuado de los productos: la experta asegura que los productos más ligeros van primero. Por ejemplo, se inicia con la limpieza, después va el tónico, el contorno de ojos, el sérum, la crema hidratante, la protección solar y, por último, el maquillaje.

5. No olvidarse del cuello y escote: estas zonas también deben ser protegidas, porque delatan la edad y con el pasar del tiempo suman años.

6. Proteger la piel del sol: limitar el tiempo que se pasa al sol, especialmente al mediodía, y usar siempre ropa protectora, como sombreros de ala ancha, camisas de manga larga y gafas de sol. Se debe elegir un producto para el cuidado de la piel con un factor de protección solar (SPF), pues la American Academy of Dermatology (Academia Estadounidense de Dermatología) recomienda usar un protector solar de amplio espectro con SPF de 30 o más.