Para tener una buena calidad de vida es importante tener hábitos saludales a lo largo de la vida, puesto que esto ayuda a prevenir enfermedades y a prolongar el bienestar. Por lo general, las recomendaciones que dan los profesionales en salud es alimentarse correctamente, dormir el tiempo suficiente, evitar los episodios de estrés y practicar alguna actividad física.

Sin embargo, cuando se trata de cuidar distintos órganos vitales del cuerpo que se pueden ver afectados con el paso del tiempo, es necesario implementar otro tipo de hábitos. De hecho, uno de lo más afectados son los riñones, dos órganos del tamaño de un puño que tienen como principal función filtrar la sangre; además, eliminan los desechos y el exceso de agua presentes en el organismo, por medio de lo que se conoce como orina. También mantienen el equilibrio químico del cuerpo, controlan la presión arterial y producen hormonas, tal y como lo explica el portal de salud de la Biblioteca de medicina de los Estados Unidos, Medlineplus.

Por su parte, el doctor Alberto Marañés Antoñanzas, jefe del servicio de Nefrología de los hospitales Quirónsalud Málaga, Marbella y Campo de Gibraltar, señala a Tu Canal Salud que, de esa manera, “los riñones ayudan a controlar la presión arterial, a tener huesos fuertes, a prevenir la anemia y a mantener el equilibrio de sustancias químicas en la sangre, tales como el sodio, el potasio, el fósforo y el calcio”.

Cuando la función de los riñones se interrumpe de manera abrupta, es probable que se padezcan enfermedades renales que atacan los nefrones. Normalmente, este daño ocasiona que los riñones no puedan eliminar desechos y las causas más comunes son por problemas genéticos, lesiones o medicamentos. Asimismo, se puede correr mayor riesgo de padecer una enfermedad renal si tiene diabetes, presión alta o un familiar cercano con algún problema de los riñones. Entre las enfermedades más comunes que afectan estos dos importantes órganos son: cáncer, quistes y cálculos renales.

Estos dos órganos vitales son los encargados de filtrar la sangre y de eliminar los desechos y el exceso de agua. | Foto: Riñones

De este modo, es importante proteger los riñones no solo con una alimentación saludable, sino también con distintos hábitos de vida que a continuación Tu Canal Salud da a conocer:

  • Realizar actividad física: como tal, la práctica de ejercicio puede aliviar la tensión arterial y también a disminuir el riesgo de sufrir enfermedad renal crónica.
  • Prestar atención a la diabetes.: según los especialistas en salud, la mitad de las personas con esta enfermedad pueden sufrir daño renal. Por eso, es aconsejable realizar controles periódicos del nivel de azúcar en sangre para detectar una posible diabetes y así, facilitar el control de las funciones renales.
El ejercicio físico es un hábito saludable para el organismo. | Foto: Klaus Vedfelt
  • Alimentarse saludablemente: una nutrición saludable es indispensable para una buena salud renal. En general, se debe consumir suficiente aporte energético para realizar las actividades diarias, así como mantener una dieta lo más equilibrada y variada posible.
  • Mantener el peso controlado: así puede prevenir otros problemas que se asocian a la insuficiencia renal crónica, como la diabetes y los problemas cardiacos, entre otros.
  • Evitar abusar de la sal: los expertos en salud aconsejan reducir el consumo de sodio, el cual se encuentra en la sal, con el fin de evitar insuficiencia renal moderada u otros problemas de salud.
Expertos aconsejan restringir el consumo de sal para proteger los riñones. | Foto: Libre de derechos
  • Hidratarse: al consumir suficiente agua, los riñones afrontarán mejor su trabajo de eliminar las toxinas del cuerpo y, por tanto, disminuirás el riesgo de sufrir una enfermedad renal crónica. Así las cosas, una buena hidratación evita los cálculos renales, que es otro problema muy habitual.
  • Dejar de fumar: el consumo de tabaco retrasa el flujo de sangre a los riñones, lo que afecta a su funcionamiento.
  • Cuidar el descanso: entre las recomendaciones está dormir bien, pues este hábito es indispensable para que el cuerpo se recupere y pueda realizar sus funciones de forma correcta.