El cambio de la piel es inevitable a lo largo de la vida, ya que el organismo se somete a distintas transformaciones y procesos que tienden a alterar su apariencia. Además, el deterioro natural que precede al envejecimiento puede provocar la flacidez de la piel, la deshidratación, así como la pérdida de su elasticidad natural.

Los primeros signos del envejecimiento que aparecen en la piel, principalmente en el rostro, están asociados al paso de los años y los cambios que se producen en el organismo. Sin embargo, estos pueden ser más o menos notorios, de acuerdo con diversos factores como la alimentación, el estilo de vida, los buenos o malos hábitos, además del cuidado de la piel que se haya tenido durante su vida.

Según explica el Instituto Nacional del Envejecimiento de los Estados Unidos, es normal que la piel tenga alteraciones con la edad, usualmente tiende a ponerse más delgada, perder grasa y lucir menos tersa y radiante. “Las venas y huesos se pueden ver más fácilmente. Los rasguños, cortes o golpes pueden tomar más tiempo en sanar. Años de broncearse al sol o de pasar mucho tiempo a la luz del sol puede resultar en arrugas, sequedad, manchas por la edad y hasta cáncer”, precisa la entidad.

Aparte de estas condiciones, algunos adultos mayores también pueden notar resequedad en la piel que, si bien se puede presentar en el rostro, es más común que afecte a los codos y el interior de las piernas y brazos. La piel seca se caracteriza por una textura áspera y escamosa, según explican desde el Instituto.

Entre los factores que favorecen la resequedad de la piel se enlista la falta de líquidos, la exposición continúa y excesiva al sol, estar en un sitio con aire muy seco, el estrés, la pérdida de las glándulas encargadas del sudor y aceite, una condición frecuente en esta etapa de la vida.

Asimismo, otras afecciones de salud pueden aumentar las probabilidades de tener la piel seca, tales como la diabetes o las enfermedades renales.

Diez consejos naturales para mejorar la piel seca

1. La recomendación principal de los expertos, en relación con cualquier condición de salud, es mantener una alimentación balanceada que responda a las necesidades nutricionales de cada persona, según su edad, condición física, enfermedades de base, así como cualquier otra característica particular de salud.

Lo anterior se debe a que a partir de la ingesta de alimentos el cuerpo obtiene los compuestos que necesita para su correcto funcionamiento, pero también puede consumir otros que pueden no ser beneficiosos para el organismo.

Con respecto a la piel seca, el blog de Theramart, una compañía de productos para mejorar la calidad de vida, lo ideal es incluir en la alimentación recetas ricas en verduras, frutas y poco condimentadas.

Además, procurar elegir ingredientes que contengan antioxidantes, betacaroteno, vitamina C y E. Por el contrario, reducir el consumo de café y otras sustancias estimulantes.

2. El segundo consejo es proteger la piel, sobre todo de la exposición excesiva al sol y otros factores externos, como la suciedad, la contaminación y las fuertes temperaturas.

3. Una tercera recomendación, y tal vez una de las más básicas, es mantener el cuerpo hidratado. Tomar suficiente líquido es importante para la hidratación del organismo en general, lo que se vera reflejado en la piel. “Lo recomendable es beber mínimo 1,5 litros de agua distribuido durante todo el día, beber jugos naturales o infusiones de té para garantizar la hidratación de la piel”, agregan desde Theramart.

4. Existen algunos remedios naturales que pueden contribuir a mejorar la apariencia de la piel. Son muchos los ingredientes que se destacan por sus propiedades para ser utilizados como mascarillas y aplicarlos sobre la piel, para que luzca una apariencia más fresca y sana.

5. Es fundamental contar con una rutina de cuidado de la piel adecuada, en la que se incluyan los productos ideales según cada tipo de cutis. Saber elegir la crema hidratante correcta es un paso importante para prevenir la deshidratación de la piel.

6. Una recomendación adicional que entregan los expertos en descansar adecuadamente. Durante el sueño, el cuerpo no solo recupera la energía que perdió a lo largo del día, sino que también es el momento en el que el organismo se regula y también repara la piel, mediante la producción de colágeno, por ejemplo.

7. La buena limpieza de la piel es esencial para evitar la resequedad, sobre todo teniendo en cuenta que algunos jabones pueden tener este efecto. En este sentido, se recomienda optar por productos a base de ingredientes naturales, como el coco, la miel y rosas.

8. “Exponer la piel a temperaturas frías disminuye la humedad natural de la piel provocando problemas como: sequedad, escamas y envejecimiento acelerado”, explican desde Theramart, por eso resulta necesario crear un ambiente húmedo que favorezca la hidratación de la piel. Para este fin se puede utilizar un humificador.

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9. La actividad física regular mantiene activo el organismo y por tanto es beneficioso para el bienestar físico y emocional del ser humano.

10. Finalmente, pero no menos importante, el cuidado de la piel del adulto mayor empieza desde la juventud, mantener buenos hábitos, un estilo de vida saludable y seguir las indicaciones de los dermatólogos es vital para que la piel no presente mayores daños en el futuro.