Las uvas pasas son ricas en fibra soluble e insoluble, las cuales ayudan a incrementar el volumen de las heces fecales y a suavizarlas. Según explica Tua Saúde, portal especializado en salud, también “proporcionan una mayor sensación de saciedad, por lo que si se consumen en pequeñas cantidades podría contribuir en la pérdida de peso”.

Mejor con Salud explica que el agua de pasas es una gran opción cuando las personas sienten pesadez y digestiones lentas. “Favorece la segregación de los jugos gástricos, los alimentos se procesan mejor y absorbemos mejor los nutrientes”, apunta el sitio web.

Ingredientes

  • 2 vasos de agua (400 ml).
  • 150 gramos de uvas pasas.

Preparación

  1. Elegir uvas que tengan un color oscuro natural y no aquellas que son muy brillantes.
  1. Lavarlas muy bien.
  1. Poner a hervir el agua.
  1. Cuando llegue a su punto de ebullición, agregar las uvas pasas y dejarlas a fuego lento por 20 minutos.
  1. Luego de ese tiempo, dejarlas en remojo toda la noche.
  1. Al día día siguiente, retirar las uvas pasas del agua.
  1. Calentar el agua que quedó del remojo.
  1. Servir y consumir. Esta agua de uvas pasas se debe ingerir en ayunas, inmediatamente al despertar. Luego de su consumo, esperar media hora para comer.
  1. Este remedio, explica Mejor con Salud, se debe tomar cuatro días seguidos. “Puedes seguir este remedio una vez al mes, no tiene efectos secundarios y lo más interesante es que dejamos a un lado ese “azúcar” que siempre está presente en las pasas”, apunta el sitio web.

En algunas ocasiones una mala digestión puede estar relacionada con problemas de salud. Es importante prestar atención a cualquier anomalía y consultar un médico para verificar que todo esté bien. Mayo Clinic, entidad sin ánimo de lucro dedicada a la práctica clínica, la educación y la investigación explica algunas de las enfermedades que pueden estar asociadas con dificultades en la digestión de los alimentos.

Colon irritable

Sufrir del colon es algo que suele escucharse en muchas personas. En la actualidad, son pocos los casos en los que los síntomas son graves y los cuales merecen un tratamiento especial para mejorar el estado de salud. Para los casos comunes, se puede controlar el problema a través de cambios en la alimentación y en el estilo de vida de los pacientes.

El síndrome del intestino irritable presenta los siguientes síntomas:

  • Dolor abdominal: esta es una de las señales principales que alertan sobre el estado del intestino. Aunque es normal sentir pesadez y llenura después de haber comido una ingesta grande, que se convierta en algo persistente lo convierte en algo preocupante.
  • Hinchazón: a veces, las personas se sienten hinchadas a pesar de no haber comido nada. Esa sensación es un signo de alerta que implica que hay algo que está afectando al colon.
  • Diarrea: es normal que, en ocasiones, algunos alimentos causen diarrea, pero es importante analizar si son productos en específico o es algo que viene sucediendo desde hace tiempo y con qué frecuencia.
  • Cólicos y estreñimiento: si al momento, o antes de la deposición, se presentan cólicos, es importante visitar a un médico para conocer qué está pasando en el intestino grueso.
  • Cambios en el aspecto de las deposiciones.
  • Cambios en la frecuencia para expulsar las heces fecales.
  • Mucosidad blanca en las heces.

Oclusión intestinal parcial

Esta afección es un bloqueo parcial o total del intestino, la cual es causada por una obstrucción que hay en el camino o un mal funcionamiento del aparato digestivo.

Los síntomas pueden incluir:

  • Hinchazón abdominal (distensión).
  • Llenura abdominal por gases.
  • Mal aliento.
  • Estreñimiento.
  • Diarrea.
  • Incapacidad para evacuar los gases.
  • Vómitos.