Tener un peso saludable es clave para prevenir y mejorar condiciones de salud. Datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) indican que cada año mueren en el mundo 2,8 millones de personas por problemas relacionados con sobrepeso u obesidad.

Alcanzar un peso saludable ayuda a controlar el colesterol, la presión arterial y el azúcar en la sangre. Según el portal Healthline, comer demasiado o no realizar suficiente actividad física lleva a que las personas no logren su peso ideal, exponiéndose a complicaciones de salud.

Para no tener kilos de más y cuidar el organismo es importante llevar una dieta equilibrada en la que se incluyan frutas, verduras, proteínas y cereales integrales y acompañarla de actividad física regular.

Si una persona tiene sobrepeso y quiere bajarlo, uno de los aspectos más importantes es no recurrir a las dietas “milagro”, porque además de que, en muchas oportunidades, pueden resultar perjudiciales para la salud, en la mayoría de los casos, solo dan resultados temporales.

Este tipo de planes alimenticios pueden generar el peligroso efecto rebote, por el que no solo se recupera el peso perdido, sino que se suele engordar aún más, precisa una información del portal Mejor con Salud. Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC), indican que si una persona ha perdido peso, lo más importante es cuidar su alimentación para evitar recuperarlo.

Algunas recomendaciones para lograr el objetivo de quemar grasa corporal son las siguientes:

1. Comer más proteína y fibra: las proteínas aumentan la sensación de saciedad y disminuyen el apetito, lo trae como resultado que se ingieran menos calorías. Un estudio publicado en el Journal of Gerontology, concluyó que personas mayores que no pueden hacer ejercicio pierden grasa visceral comiendo más proteína.

2. Productos integrales en la dieta: estos alimentos también hacen que la persona se sienta llena y de esta forma evita la ingesta de otros productos más calóricos y con mayor contenido de grasas dañinas para el cuerpo. Esto en el marco de una dieta variada y equilibrada.

3. Bajarle a la sal: la ingesta de sodio, además de generar retención de líquidos, produce sed, lo que lleva a que las personas recurran al consumo de bebidas con un alto contenido calórico. El portal Body Tone cita una investigación realizada por Graham MacGregor, profesor de medicina cardiovascular de la Universidad de St. George de Londres (Reino Unido), la cual concluyó que los niños que reducen a la mitad el consumo de sal, ingieren dos bebidas azucaradas menos por semana.

4. Grasas saludables: las grasas buenas ayudan a conseguir el objetivo de bajar de peso, pero no deben consumirse en exceso porque aportan una buena cantidad de calorías.

5. Dormir más: acostarse un poco más temprano o poner el despertador más tarde es una buena estrategia para alcanzar y mantener un peso saludable, precisa un artículo del portal Alimente, del diario El Confidencial, de España. La publicación cita un análisis realizado por médicos de la Universidad de Upsala, quienes siguieron durante 10 años a cerca de 5.000 mujeres y detectaron tasas de obesidad más altas entre las jóvenes que dormían menos de seis horas por la noche.

6. Desayunar avena: este alimento ayuda a controlar el peso desde primera hora de la mañana. Además, es energético y saludable y su alto contenido en fibra y nutrientes facilita la absorción de la grasa.

7. Manejar el estrés: controlar el estrés es importante para reducir la presión arterial y mantener fortalecido el sistema inmune. El estrés a largo plazo aumenta la cantidad de glucocorticoides, hormonas que incrementan el hambre, según un estudio publicado en la revista académica Frontiers in Psychology.

8. Dejar el alcohol: este alimento agrega calorías vacías al cuerpo, al igual que las bebidas azucaradas, por lo que su ingesta no es recomendable si se quiere adelgazar.

9. Comer en platos pequeños: este truco es bueno porque necesariamente se pone menos alimento en el plato y, además, el cerebro recibe la información de que hay mucha comida, por lo que enviará rápidamente la señal de saciedad, haciendo que las personas coman menos.