Los sentidos corporales son el principal contacto con el entorno y el cerebro es el que amalgama la exposición de la vista, el oído, el gusto y el tacto; pero muchas veces el cuidado que se le da a estos sentidos es totalmente nulo. Uno de los órganos sensoriales más importantes es el ojo, ya que casi el 80 % de todas las impresiones que se perciben llegan a través de la vista. De hecho, es el órgano protector cuando otros sentidos como el gusto y el olfato dejan de funcionar.
De este modo, cuando no hay un óptimo cuidado de la vista, puede ocurrir un infarto ocular. Según Oftalvist, “esto ocurre cuando un émbolo se desprenden de las cavidades del corazón y a través del torrente sanguíneo llega hasta la arteria oftálmica y tapa de forma total o parcial el paso de la sangre en las venas y arterias que se encuentran en la retina”.
Cuando se corta la circulación de la arteria central de la retina, por lo general se produce una pérdida de vista de manera súbita sin producir algún tipo de dolor. De este modo, la pérdida de la visión de forma repentina siempre es un motivo urgente para acudir al médico y evitar dalos que puedan llegar a ser irreversibles.
Ahora bien, cuando se produce un infarto ocular, muchos pacientes no manifiestan síntomas de lesión en la retina, pero existen algunas señales que pueden ponerlo en alerta:
- Observar manchas, hormigas o arañas que desciende de manera constante.
- Reducción de la visión.
- Dolores de cabeza intensos.
- Enrojecimiento de los ojos.
- Visión borrosa.
- Desprendimiento de la retina.
- Derrames sanguíneos en los ojos.
Tipos de infartos oculares
De acuerdo con varios expertos en problemas visuales, existen tres tipos de infartos oculares:
- Obstrucción de la arteria central de la retina: este es el tipo de infarto más grave, ya que afecta directamente la arteria principal que se encarga de aportar los nutrientes a la retina del ojo. Por lo general, no hay ningún otro síntoma más que la pérdida de la visión brusca, por lo cual se debe acudir de inmediato al oftalmólogo, pero antes puede intentar este taponamiento dando un leve masaje en los ojos.
- Trombosis de la vena central de la retina: en este caso hay una obstrucción total o parcial en alguna de las venas de la retina, que impide el drenaje vascular. El trombo lo que hace es dilatar las venas de la retina y provoca hemorragias en la retina, así como la aparición de edema macular. De este modo, cuando hay un trombo, el paciente manifiesta una disminución de su agudeza visual que puede estar combinada con escotomas (zonas fijas sin visión).
- Neuropatía óptica isquémica anterior: cuando se da este tipo de infarto ocular, se produce una falta de riesgo en la zona de entrada del nervio óptico en el ojo. La mayoría de las veces se produce por una disminución transitoria de la tensión arterial en pacientes predisponentes a esta condición, por lo que no existe un tratamiento específico.
¿Cómo prevenir un infarto ocular?
De acuerdo con Oftalvist, prevenir un infarto ocular depende del control de riesgo cardiovascular. No obstante, se debe llevar una dieta sana, practicar ejercicio habitual y evitar fuma, con el fin de disminuir los riesgos de esta afección.
A su vez, es importante tener un control adecuado de la tensión arterial, los niveles de glucosa y de colesterol, porque de lo contrario, se podría provocar una ceguera irreversible.