El dolor en el cuello y en la parte alta de la espalda es común en personas que realizan trabajos de oficina. De acuerdo con Andrés Álvarez Tamayo, médico cirujano de cabeza y cuello adscrito a Colsanitas, esta molestia se denomina cervicalgia; la intensidad de este dolor puede variar dependiendo del caso e irradiarse a los hombros y la cabeza, generando limitaciones para realizar algunas actividades cotidianas.
Según Álvarez, las causas se pueden dar en cualquiera de las estructuras que forman el cuello, como los músculos, huesos, nervios o discos vertebrales. También, el dolor puede provenir de órganos como las glándulas salivales, ganglios cervicales, faringe, laringe o esófago, en ese sentido, normalmente la cervicalgia se origina por:
- Contracturas musculares.
- Mala postura.
- Artrosis.
- Estrés.
- Hernia discal
- Lesiones
- Bruxismo.
- Tumores.
- Otras enfermedades como fibromialgia, artritis y meningitis, entre otras.
Principales síntomas
Si las causas son inflamatorias, los síntomas también pueden ir acompañados de fiebre, enrojecimiento de la piel y supuraciones. En caso de que el dolor venga de los órganos cervicales, se puede presentar dificultad para tragar o hablar, disfonía y presencia de masas no dolorosas como tumores de tiroides o ganglios linfáticos.
Cuando la molestia se origina en de las estructuras anatómicas del cuello, los síntomas más comunes son: pérdida de fuerza en los brazos, adormecimiento y sensación de hormigueo en el cuello, dolor de cabeza, cansancio, dolor en los hombros y vértigo.
¿Cuándo se debe consultar?
Si el dolor se asocia a otros trastornos como inflamación o masas en cuello, lo mejor es no automedicarse con antiinflamatorios o relajantes musculares y consultar al especialista, ya que, si bien el tratamiento puede ser tratado con terapia física, en casos graves puede ser necesaria la intervención quirúrgica en la columna vertebral.
Recomendaciones para reducir el dolor cervical desde casa
El especialista comparte algunas recomendaciones para mejorar el dolor de cuello relacionado con malas posturas o estrés:
- Realizar actividad física según tolerancia del dolor.
- Hacer pausas activas en el trabajo o en el hogar que involucren movimientos del cuello como flexión, extensión y rotación.
- Usar sillas ergonómicas.
- Mantener una buena postura.
- Aplicar calor en la zona de dolor.
- Subir y bajar los hombros repetidas veces.
- No mantener una misma postura por mucho tiempo.
- Hacer ejercicios de respiración y técnicas de relajación.
- Mantener una adecuada higiene del sueño.
¿Cómo prevenir la tensión muscular?
Por su parte, los especialistas del portal web Cuidate Plus destacan que “lo ideal sería generar un estilo de vida saludable que nos evite esos problemas producidos por el estrés continuado”. Por ello, aconsejan a las personas muy nerviosas, sometidas a altos niveles de estrés laboral, practicar técnicas de relajación y acudir a terapia psicológica.
Adicional a ello, explican otras recomendaciones a tener en cuenta:
- Seguir una buena alimentación e hidratación.
- Conseguir un descanso de calidad y reparador.
- Hacer micropausas activas, sobre todo, a aquellas personas con trabajo sedentario. Lo ideal es aprovechar esos descansos para levantarse de la silla y hacer ejercicios de movilización y estiramiento de las distintas partes del cuerpo.