Un infarto, también conocido como ataque cardíaco, es una emergencia médica que pone en riesgo la vida de la persona que lo padece. Es importante recibir atención profesional en el menor tiempo posible para disminuir el riesgo de muerte.

La Fundación Española del Corazón detalla cómo se produce un infarto:

  • “Las arterias coronarias se estrechan
  • El oxígeno no llega al miocardio
  • El miocardio, al no recibir oxígeno, no puede producir energía para moverse
  • Mueren las células del tejido que no reciben sangre (el tejido se necrosa)”

En su sección de Salud el portal web Mundo Deportivo explica que algunos casos las personas pueden tener infartos silenciosos, es decir, tener la afección y no darse cuenta, especialmente porque se pueden manifestar otro tipo de síntomas.

“Los síntomas del infarto silencioso pueden presentarse cuando dormimos o nos mantenemos despiertos. Normalmente se manifiesta como una indigestión que no nos deja dormir por la noche. Otros síntomas son dolor en el músculo pectoral, dolor en mandíbula, cansancio y falta de aire”.

Los signos frecuentes de un infarto incluyen, de acuerdo con Mayo Clinic los siguientes:

  • Dolor en el pecho que puede sentirse como presión, opresión, dolor, o sensación opresiva o de dolor.
  • Dolor o molestias que se propagan al hombro, al brazo, a la espalda, al cuello, a la mandíbula, a los dientes o, a veces, a la parte superior del abdomen.
  • Sudor frío.
  • Fatiga.
  • Acidez estomacal o indigestión.
  • Aturdimiento o mareos repentinos.
  • Náusea.
  • Falta de aire.
El dolor es el síntoma más común de un infarto. | Foto: Getty

Sin embargo, en alguno casos las personas solo pueden presentar un síntoma y no todos los anteriores. En caso de sospechar alguno, se debe acudir inmediatamente a un centro de salud.

“No tienes porqué presentar todos los síntomas, pero es probable que al menos uno o dos, por lo que es importante que acudas al médico a realizarte tus estudios de rutina. La única manera de comprobar si has sufrido un infarto silencioso es a través de un electrocardiograma o ecocardiograma”, agrega Mundo Deportivo.

Factores de riesgo

Los expertos de Mayo Clinic, entidad sin ánimo de lucro dedicada a la práctica clínica, la educación y la investigación, explican que cualquier persona puede tener un ataque cardíaco. Sin embargo, existen algunos factores que incrementan el riesgo de padecerlo. Estos son:

  • Ser hombre con más de 45 años y mujer con más de 55 años.
  • Fumar o estar expuesto a humo de segunda mano.
  • Tener niveles elevados de colesterol o triglicéridos.
  • Ser obeso.
  • Tener síndrome metabólico hace una persona dos veces más propenso de tener una afección cardíaca (cintura ensanchada, presión arterial alta, niveles bajos de colesterol bueno, niveles bajos de triglicéridos y niveles altos de glucosa sanguínea).
  • Tener familiares que hayan tenido ataques cardíacos.
  • Sedentarismo.
  • Tener una dieta poco saludable.
  • Estrés e ira extrema.
  • Consumo de cocaína y metanfetamina.
  • Antecedentes de preeclampsia.
  • Afecciones como artritis reumatoide o lupus.
El sobrepeso incrementa el riesgo de padecer infartos. | Foto: Getty Images

¿Qué hacer cuando alguien tiene un infarto?

En caso de observar que una persona estés sufriendo un ataque cardíaco, lo primero que se debe hacer es llamar a emergencias. Lo recomendable es pedir una ambulancia para que atienda inmediatamente a la persona que está teniendo el ataque cardíaco.

Mientras llega la ayuda, se debe observar si la persona está respirando y tiene pulso. En caso de que no se encuentre el pulso, se debe iniciar inmediatamente reanimación cardiopulmonar. Si no se tiene el conocimiento para hacerlo, lo recomendable es hacer reanimación con las manos: presionar el pecho de la persona firmemente y rápido.

Es importante buscar ayuda profesional para que la persona pueda ser atendida y se disminuya el riesgo de morir.

Un infarto puede causar complicaciones graves de salud. Por eso, se requiere de un tratamiento médico. | Foto: Getty Images