Ya faltan solo cuatro días para el inicio de la Semana Santa y muchas personas empiezan a alistar sus espíritus para adorar y alabar a Dios, mientras recuerdan la muerte y resurrección de su hijo, Jesús; mientras que otros, contrario a la tradición, preparan las maletas para irse de viaje y tomar los días de esta semana como un tiempo de descanso.

Sea cual sea la razón por la cual muchas personas esperan con ansias la llegada de la también conocida como Semana Mayor, es importante entender el significado de esta conmemoración de carácter religioso, así como la importancia de cada uno de los días de la misma. Cabe recordar que desde el Domingo de Ramos hasta el Domingo de Resurrección, cada día trae un significado e historia para la tradición católica y es con base en esto que se realizan las actividades diarias durante la semana.

¿Qué es el Domingo de Ramos?

En el caso del primer día de la Semana Santa, que este año será el 10 de abril, la tradición recuerda la entrada triunfal de Jesús a la ciudad de Jerusalén. De acuerdo con los evangelios, un grupo no pequeño de personas se posó a las afueras de la ciudad con el fin de celebrar la llegada del Mesías, quien iba montado en un asno.

Asimismo, los presentes llevaban consigo algunas palmas, las cuales usaron para tenderlas en el camino, además de aplaudir con mayor fuerza a quien entonces era considerado como un profeta en medio del pueblo de Israel.

Así lo relata San Juan 12: 12- 15:

“12 El siguiente día, grandes multitudes que habían venido a la fiesta, al oír que Jesús venía a Jerusalén,

13 tomaron ramas de palmera y salieron a recibirle, y clamaban: ¡Hosanna! ¡Bendito el que viene en el nombre del Señor, el Rey de Israel!

14 Y halló Jesús un asnillo, y montó sobre él, como está escrito:

15 No temas, hija de Sion; he aquí tu Rey viene, montado sobre un pollino de asna”.

Cabe recordar que la profecía citada por Jesús se encuentra en el libro de Zacarías 9:9, donde el profeta asegura que el nuevo rey de Sion (del pueblo elegido de Dios) llegaría en un asno a Jerusalén: “Alégrate mucho, hija de Sion; da voces de júbilo, hija de Jerusalén; he aquí tu rey vendrá a ti, justo y salvador, humilde, y cabalgando sobre un asno, sobre un pollino hijo de asna”.

De esta forma, los que conocían la palabra supieron que en realidad Jesús era el Hijo de Dios, y lo recibieron como su señor.

La importancia de las palmas

Como se mencionó anteriormente, las palmas fueron importantes en la llegada de Jesús a Jerusalén no solo porque representaban un respeto de los presentes hacia él, sino porque además tenían una connotación de riqueza y fecundidad que se traslada hasta el día de hoy.

Por esto, para los creyentes es tan importante contar con estas plantas al inicio de la Semana Santa. En la conmemoración, el sacerdote es quien se encarga de bendecir las palmas para luego colocarlas en lugares privilegiados durante los siete días. Al finalizar la semana, las mismas palmas son quemadas en la iglesia, y las cenizas son guardadas con celo para ser usadas en el Miércoles de Ceniza del siguiente año.

Otro dato importante a tener en cuenta es que, al menos en la Iglesia Católica, el color de la liturgia en honor al Domingo de Ramos es el rojo, que representa no solo la sangre del cordero que murió por los pecados, sino todo el proceso de la Pasión del Señor.