Desde hace mucho tiempo la gente sueña con una píldora mágica que trabaje en varios frentes a la vez. Esa pastilla existe y se llama dormir. Desde que empezó el furor en la investigación del tema, los estudios han encontrado que caer en brazos de Morfeo durante las horas adecuadas mejora considerablemente aspectos mentales como la memoria, el rendimiento cognitivo, la capacidad de aprender nueva información, el estado de ánimo y la habilidad para manejar problemas. Pero también ayuda a otros aspectos físicos: disminuye el riesgo de enfermedades cardiacas, mejora el metabolismo y robustece el sistema inmunológico. “Igual que respirar o comer, el sueño es una función fisiológica necesaria, y en la medida en que se haga en la cantidad recomendada o más, mejora la calidad de la vida”, explica Franklin Escobar, psiquiatra y director científico de la Fundación Sueño Vigilia Colombiana. Le sugerimos: Qué es la dysania y por qué podría ser la razón por la que no quiere levantarse por las mañanas Pero hoy muy pocos duermen las horas estipuladas. Según Escobar, la tercera parte de la población colombiana sufre de insomnio y el 25 por ciento de apnea del sueño, lo que lleva a que la sexta parte experimente somnolencia diurna. Esta falta de descanso ha convertido al déficit de sueño en un problema de salud pública. “Cuando las personas no duermen bien, tienen una deuda de descanso que altera el sueño REM y afecta directamente la actividad cognitiva, intelectual y de memoria”, explica el experto. No solo el individuo tiene el problema, sino el grupo familiar. Una nueva investigación sugiere que hay un aspecto genético, y si uno de los padres sufre de insomnio, hay un 35 a 55 por ciento de probabilidades de que sus niños también lo sufran. Pero los padres afectan a sus hijos también con el comportamiento; si en la casa todos se levantan a las siete y van a la cama a medianoche, los demás miembros de la familia tendrán que ajustarse a esa rutina. 

Otros como la psicóloga Alice Gregory, autora del libro Nodding Off:The Science of Sleep from Cradle to Grave , argumenta que el sueño cumple muchos propósitos dependiendo de la etapa que viva la persona. “Por ejemplo, dormir en la juventud juega un papel importante en la maduración cerebral, mientras que en el otro extremo de la vida podría ser más importante para prevenir el deterioro cerebral”, dice. Pero la privación de sueño también depende del momento de la vida. El ejemplo más claro es el de las parejas que acaban de tener un bebé y no pueden dormir lo suficiente porque deben atender al recién nacido. “Según un estudio, los padres que trabajan pierden un total de 645 horas de sueño en los primeros 18 años de vida de su hijo”. Otro caso común es el del joven ejecutivo ansioso que se desvela por las múltiples tareas que debe atender en su oficina. Solo en el Reino Unido, los investigadores estiman que se pierden 30.000 millones de libras esterlinas y 200.000 días hábiles cada año por la lucha de sus empleados para superar el agotamiento.  Puede leer: Las consecuencias de la obesidad, contadas por un experto Los expertos recomiendan acostarse y levantarse a la misma hora. “En el trópico, lo más saludable es despertar cuando sale el sol y acostarse a las diez de la noche para el caso de los adultos”, dice el experto. Además de esto, hay que procurar tener un sitio cómodo, buenas almohadas, temperatura adecuada, que no entre luz y no haya mucho ruido. Esa es la mejor manera de obtener los beneficios de la píldora mágica.