La presión arterial alta, también conocida como hipertensión, es una enfermedad común que afecta a las arterias del cuerpo debido a la fuerza que ejerce la sangre contra sus paredes constantemente, explica el sitio especializado Mayo Clinic.
Su manera de medirse es en milímetros de mercurio (mm Hg) y, en general, la hipertensión hace referencia a una lectura de la presión arterial de 130/80 milímetros de mercurio o superior.
En este sentido, según indica el portal mencionado anteriormente, el American College of Cardiology (Colegio Estadounidense de Cardiología) y la Asociación Americana del Corazón, han dividido la lectura de la presión arterial en cuatro categorías principales, las cuales son:
- Presión arterial normal: de 120/80 milímetros de mercurio o inferior.
- Presión arterial alta: el valor máximo se sitúa de 120 a 129 milímetros de mercurio y el valor mínimo está por debajo (no por encima) de 80 milímetros de mercurio.
- Hipertensión de etapa 1: el valor máximo va de 130 a 139 milímetros de mercurio y el valor mínimo está entre 80 y 89 milímetros de mercurio.
- Hipertensión de etapa 2: el valor máximo es de 140 milímetros de mercurio o superior y el valor mínimo es de 90 milímetros de mercurio o superior.
De acuerdo con estos datos, la presión arterial ideal es la que se categoriza como normal, por lo que la superior a 180/120 milímetros de mercurio se considera crisis hipertensiva y se recomienda buscar atención médica de emergencia una vez se detecte.
La hipertensión puede resultar bastante peligrosa en caso de no mantenerse bajo control, pues a raíz de esta se pueden derivar problemas cardiovasculares u otras complicaciones de salud graves que, incluso, pueden llegar a poner en riesgo la vida de la persona que la padece.
¿Cómo se diagnostica la presión arterial alta?
La única manera de saber si se tiene o no presión alta es a través de chequeos médicos regulares debido a que no tiene síntomas y, el motivo por el cual se le debe prestar atención es porque hace que el corazón bombee con más fuerza y aumente su trabajo, ocasionando ataques cardíacos, accidentes cardiovasculares, insuficiencia cardiaca e insuficiencia renal u otras delicadas complicaciones de salud.
Remedios naturales para bajar la presión arterial alta
Los tratamientos para controlar esta condición incluyen cambios de estilo de vida saludables, haciendo ejercicio y manteniendo una sana alimentación, entre otros remedios naturales que contribuyen de manera eficaz a reducir la hipertensión, conservando una dieta balanceada.
Para ello, se debe acudir a alimentos que tengan el ‘poder’ de facilitar el correcto bombeo de la sangre como la avena y el salvado de trigo, dos cereales con alto contenido de fibra soluble, resalta el portal Mejor con salud.
En el caso de la avena, se trata de un cereal rico en potasio y calcio, nutrientes que desempeñan un papel fundamental al momento de reducir la hipertensión. Por su parte, el trigo se destaca porque en su composición se encuentra una gran variedad de minerales como magnesio, fósforo, silicio, calcio, potasio y manganeso, y vitaminas como las del grupo B, C y E, lo que favorece la salud de la piel, los tejidos musculares y nerviosos.
La fibra que se obtienen de estos cereales permite, entre otras cosas, disminuir los niveles de colesterol malo (LDL) en la sangre, mejorar la sensibilidad a la insulina, reducir la hipertensión y ayudar a mantener un peso saludable.