La rodilla es una de las articulaciones que tiene mayor riesgo de desarrollar enfermedades o presentar lesiones, ya sean enfermedades inflamatorias o degenerativas, o lesiones deportivas o traumáticas.
La ubicación e intensidad del dolor puede variar según la causa que lo origine. Los signos que a veces acompañan esta molestia son: inflamación y rigidez, enrojecimiento y temperatura al tacto, debilidad o inestabilidad, sonidos de crujidos e incapacidad de enderezar completamente la rodilla, indica la biblioteca médica Medline Plus.
Para prevenir afecciones de la rodilla y fortalecer las articulaciones es importante la ingesta de alimentos que aporten suficientes cantidades de colágeno, una proteína que el organismo produce de forma natural y es el componente principal de los tejidos conectivos que conforman varias partes de la estructura corporal, incluyendo los tendones, los ligamentos, la piel, los músculos.
Entre estos alimentos se encuentran las frutas cítricas, como la naranja y el limón. Son buena fuente de vitamina C, que es determinante para sintetizar el colágeno de tendones y ligamentos. Sin embargo, este nutriente solo permanece entre cuatro y seis horas en la sangre, por lo que se deben consumir frutas en cada comida para seguir aportando antioxidantes al organismo.
Otras frutas que también ayudan a las rodillas son las moras y fresas, las cuales tienen quercetina, que es una proteína que ayuda a disminuir la inflamación en las articulaciones, sobre todo cuando se acaba de hacer un esfuerzo notable. Además, también cuentan con un factor antioxidante e hidratante, lo que hace que ayuden a evitar dolores. Las fresas, específicamente, son una fuente rica de colágeno.
Cómo prevenir el dolor en la rodilla y el dolor articular
El ejercicio es una de las herramientas para prevenir los problemas en las articulaciones. La actividad física “fortalece los músculos alrededor de las articulaciones y les ayuda a trabajar mejor”, indica Medline Plus.
En caso de tener una afección articular, también es la mejor opción para tratar la enfermedad y aliviar el dolor. Se debe tener en cuenta que la actividad física no debe implicar esforzar las articulaciones.
“Algunos ejemplos incluyen caminar, andar en bicicleta y nadar. Hacer actividad física también puede retrasar el comienzo de la discapacidad relacionada con la artritis y ayudar a las personas con artritis a manejar otras afecciones crónicas como la diabetes, la enfermedad cardíaca o la obesidad”, señalan los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés).
Para las personas que tienen artritis, hacer ejercicio puede preocuparlas, debido a una posible lesión. Para evitar esto y hacerlo de forma segura, los CDC brindan varias recomendaciones:
- Comenzar con poca actividad física y aumentar poco a poco.
- Cambiar la actividad cuando los síntomas de la artritis se incrementen.
- Realizar ejercicios que no lleven a esforzar las articulaciones.
- Hacer ejercicio en lugares seguros.
- En caso de tener dudas, consultar a un doctor para conocer en profundidad cómo se puede realizar actividad física teniendo esta condición.
Vitaminas para aliviar el dolor de las rodillas
Vitamina A
Este micronutriente ayuda a reducir el daño del tejido de las rodillas, ya sea por enfermedad o lesión. Aunque la vitamina A se puede consumir como suplementos, también es aconsejable incluirla en dieta alimenticia por medio de alimentos como las zanahorias, lechuga, espinacas, coles, calabaza, melón y mango.
Vitamina B
Las vitaminas del complejo B son una fuente de energía y suele tener un efecto muy positivo en los músculos, huesos y articulaciones. De hecho, es uno de nutrientes más importante para aminorar las dolencias articulares, entre ellas, las rodillas. Los alimentos contienen este nutriente son las legumbres, lentejas, lácteos y huevos.
Vitamina D
Este macronutriente se obtiene principalmente a través del sol y tiene como función principal la absorción del calcio que entra al organismo y favorece la salud de los huesos y articulaciones. Asimismo, la vitamina D también se puede encontrar en alimentos como los pescados grasos como la trucha, el salmón, el atún y la caballa, así como los aceites de hígado de pescado.