A las articulaciones se les reconoce por ser los puntos en los que se encuentran dos o más huesos. Son áreas que están expuestas a lesiones y a algunas afecciones degenerativas que suelen causar dolor e inflamación.
Las molestias en estas partes de cuerpo pueden estar relacionadas con enfermedades autoinmunitarias, como la artritis reumatoidea y el lupus, las infecciones causadas por un virus, lesiones, osteoporosis, osteoartritis o tendinitis y distención muscular, entre otros, según MedlinePlus, sitio web de la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos.
En ocasiones, la inflamación puede deberse a la acumulación de líquido en los tejidos blandos que rodean la articulación o en la articulación misma y esto muchas veces hace que esta parezca más grande o de forma anormal, precisa la citada fuente. Cuando esta situación se presenta, es posible que se acompañe de dolor y rigidez.
Hay veces en las que se requiere de tratamiento médico para aliviar las molestias generadas en estas partes del cuerpo, pero también es posible hacer uso de remedios caseros elaborados a partir de plantas medicinales o especias que ofrecen propiedades antiinflamatorias.
Dos de ellas son la cúrcuma y el jengibre.
Los efectos antiinflamatorios de la cúrcuma
Esta especia contiene un ingrediente activo llamado curcumina, que le otorga una serie de beneficios al organismo. La medicina ayurvédica, un sistema de tratamiento tradicional de la India, recomienda la cúrcuma para una variedad de afecciones de salud, entre ellas el dolor crónico y la inflamación, según el portal Medical News Today, el cual indica que la medicina occidental, por su parte, ha comenzado a estudiarla como analgésico y agente curativo.
Según Arthritis Foundation, existen varios estudios que muestran que la cúrcuma ha reducido la inflamación en personas que padecen de artritis. Esta capacidad antiinflamatoria podría reducir el dolor en las articulaciones de quienes enfrentan esta enfermedad. Esta institución sugiere tomar cápsulas de 400 a 600 miligramos de cúrcuma hasta tres veces al día para aliviar la inflamación y las molestias generadas por el citado padecimiento.
Beneficios del jengibre
En lo que respecta al jengibre, se dice que esta especia ayuda a reducir el dolor articular y que tiene propiedades antiinflamatorias y analgésicas. Un ensayo clínico publicado en la revista científica Osteoarthritis and Cartilage concluye que esta especia resultó ser más potente que el ibuprofeno para aliviar dolores musculares crónicos, muchos de los cuales pueden presentarse con inflamación. La mejor forma de aprovechar sus propiedades es a través del consumo de té o infusión.
Para elaborar esta bebida se utilizan 200 gramos de raíz de jengibre rallada, dos vasos de agua y dos cucharadas de miel. Se pone el agua al fuego y cuando alcanza punto de ebullición se añade el jengibre y se deja durante 20 minutos. Pasado ese tiempo, se retira del fuego, se deja reposar y se cuela. Posteriormente, se adiciona la miel, que también ayuda a aliviar el dolor articular. Lo aconsejable es consumir dos tazas al día.
Otros remedios caseros para aliviar molestias en las articulaciones
Otro producto natural que ayudaría a aliviar las molestias que puedan generarse en las articulaciones es el té verde. Se dice que los antioxidantes que contiene esta bebida ayudan a contrarrestar la inflamación en estas partes del cuerpo. Aunque los científicos han encontrado evidencia de que los extractos o componentes específicos del té verde pueden tener un efecto en enfermedades como la artritis, lo que no está claro es cuánta dosis se requeriría para lograr sus verdaderos efectos saludables.
Una alternativa adicional es el ajo. Este alimento es antiinflamatorio, depurativo y desintoxicante y se puede usar de varias formas para aliviar el dolor articular, según información de la revista Mejor con Salud, escrita por Daniela Echeverri.
La primera es consumiendo tres dientes de ajo crudo al día. Otra opción es machacar un ajo y aplicarlo directamente en la zona en la que se presentan las molestias y, tercero, se puede machacar un ajo, mezclarlo con jugo de limón y tomar esta preparación en ayunas al día siguiente.