Los gases intestinales, también conocidos como flatulencias, suelen poseer compuestos químicos como el nitrógeno, oxígeno, dióxido de carbono, hidrógeno y metano, según indica el portal web Lactoflora. También tienen pequeñas cantidades de gases de azufre, que son responsables del típico olor del gas expulsado.

Aunque la expulsión de gases es normal, en algunas personas con problemas intestinales como el síndrome del intestino irritable, la presencia de gases intestinales puede producir síntomas graves con dolor abdominal. Para las personas con dicha patología, volúmenes de gas pequeños que la mayoría de personas toleran bien les pueden producir síntomas como:

  • Eructos frecuentes
  • Ruidos en la tripa
  • Hinchazón abdominal (que puede obligar a aflojarse la ropa)
  • Excesivas ventosidades

Para prevenir estos síntomas y reducir los gases intestinales es importante tener buenos hábitos de vida que dependan básicamente de una alimentación saludable. De hecho, el portal web Business Insider destaca las propiedades saludables del aceite de menta, el cual se caracteriza por mejorar los síntomas del síndrome del intestino irritable (SII), como el estreñimiento, la diarrea, la hinchazón y el exceso de gases.

Específicamente, la menta tiene cualidades antiespasmódicas, las cuales evitan que el colon tenga contracciones musculares involuntarias que pueden contribuir al malestar gastrointestinal. Frente a esto, una revisión publicada en 2014 en el Journal of Clinical Gastroenterology evidenció que en 9 estudios, los pacientes con SII que tomaron aceite de menta experimentaron una mejora significativa en sus dolores de estómago, en comparación con otros participantes.

Para prevenir estos síntomas y reducir los gases intestinales es importante tener buenos hábitos de vida que dependan básicamente de una alimentación saludable | Foto: Getty Images

Por otra parte, la revista Mejor con Salud explica que “el aceite de menta se ha utilizado (de forma tópica) como complemento en el tratamiento de migrañas, dolores de cabeza, náuseas e incluso dolores musculares. Asimismo, ha sido muy empleado para aliviar el estrés y la tensión emocional en general en el ámbito de la aromaterapia”.

¿Cómo hacer aceite de menta en casa?

Materiales:

  • 350 g de menta fresca (Menta piperita).
  • 1 frasco de cristal oscuro de 250 ml.
La menta tiene efectos antiespasmódicos. | Foto: Getty Images

Procedimiento

  • En primer lugar, se debe lavar correctamente la menta, hoja por hoja, para retirar cualquier impureza.
  • Después, machacar las hojas de menta y para ello, utilizar un mazo de madera o una cuchara. Hacerlo con fuerza, ya que de este modo quedarán bien reducidas y la planta soltará su jugo.
  • A continuación, coger un recipiente y verter en él los 200 ml de aceite. Añadir también la menta triturada, remover y permitir que se vaya destilando a fuego lento.
  • Una vez hecho esto, tapar el recipiente para que no se escape la esencia natural de la menta y dejar que se destile durante media hora (a una intensidad baja).
  • Pasado este tiempo, apagar el fuego y dejar que repose. Después, utilizar un buen colador y verter el aceite de menta en el frasco de cristal oscuro.
  • Se debe esperar unos 10 días para que el aceite de menta termine de desarrollar sus propiedades.
La menta es una gran aliada para la salud visual | Foto: Libre de derechos

Otras formas de eliminar las flatulencias

El portal web Salud Mafre destaca las propiedades del romero, una planta perenne que pertenece a la familia de las labiadas (Labiatae) y normalmente, se utiliza como un condimento que potencia el sabor de los alimentos, por lo que es utilizado en guisos tradicionales de carnes, pescado pocos grasos y algunas verduras, también en adobos o en la preparación de encurtidos.

Sin embargo, el romero tiene otras bondades que benefician la salud digestiva gracias a sus propiedades carminativas, antibactericidas, antisépticas, fungicidas y balsámicas. Incluso, los expertos en salud aconsejan utilizar el romero en las siguientes situaciones:

  • Dispepsias y síntomas asociados: aerofagia, sensación de plenitud gástrica, flatulencias, espasmos abdominales.
  • Anorexia
  • Afecciones osteomusculares dolorosas: artritis y artralgias.
  • Afectaciones biliares: dispepsia biliar, litiasis biliar o colelitiasis.
  • Dismenorrea.
  • Cefaleas.
  • Afectaciones bucofaríngeas: faringitis y estomatitis.
  • Afectaciones dérmicas: dermatitis o lesiones cutáneas.