La presión arterial es la fuerza que ejerce la sangre contra las paredes de las arterias y si se eleva demasiado se le conoce como hipertensión. Esta afección es el principal factor de riesgo para el desarrollo de una enfermedad cardiovascular, asegura la Organización Panamericana de la Salud (OPS).

Por su parte, el colesterol es una sustancia grasa que en niveles normales cumple diversas funciones en el organismo, pero si su cantidad abunda en la sangre es posible que derive en afecciones cardíacas por cuenta del taponamiento de las arterias.

Los niveles altos tanto de presión arterial como de colesterol son una amenaza para el corazón y por ello deben tratar de mantenerse en los rangos regulares y una de las mejores formas de hacerlo es cuidando la alimentación, la cual debe ser balanceada, rica en frutas y verduras, baja en grasas saturadas y acompañada de la práctica regular de ejercicio.

El colesterol elevado genera riesgos cardíacos. | Foto: Getty Images

Estos dos padecimientos normalmente no generan síntomas, por lo que es frecuente que las personas los enfrenten sin saberlo. Por esta razón, la recomendación de los expertos es medir la tensión arterial de forma periódica con el fin de evitar que la situación se complique y también realizarse exámenes para conocer los niveles de colesterol.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) asegura que la hipertensión en muchas ocasiones produce daños cardíacos graves, debido a que el exceso de presión endurece las arterias, lo que hace que baje el flujo de la sangre y oxígeno que llegan al corazón.

En el caso del colesterol, sus niveles elevados pueden conducir a la formación de placas en las paredes de las arterias, afectando el flujo sanguíneo.

El aporte del aceite de oliva

Dado que la alimentación es determinante, uno de los productos que no debería faltar es el aceite de oliva, el cual es catalogado como un superalimento y es uno de los principales componentes de la dieta mediterránea.

Se caracteriza por ser una buena fuente de grasas monoinsaturadas, vitamina E y antioxidantes, que brindan diversos beneficios para la salud y uno de ellos es que su consumo en el marco de una dieta sana contribuye a mantener bajo control los niveles de presión arterial y de colesterol.

El aceite de oliva es bueno para incluir en una dieta saludable. | Foto: Libre de derechos

Se dice que los ácidos grasos omega-3 de este tipo de aceite flexibilizan las arterias, por lo que ayudan a bajar la tensión que ocasiona la sangre contra las paredes arteriales.

Una investigación titulada: “Effects of Olive Oil on Blood Pressure: Epidemiological, Clinical, and Mechanistic Evidence”, indica que tanto análisis experimentales como los realizados en humanos coinciden en demostrar los efectos antihipertensivos del aceite de oliva.

“Concluimos que debido a su alto contenido en ácido oleico y polifenoles antioxidantes, el consumo de aceite de oliva puede recomendarse como la opción grasa óptima en los protocolos de manejo de la hipertensión, tanto en pacientes sanos como con enfermedades cardiovasculares”, precisa.

En cuanto al colesterol, también hay beneficios. De acuerdo con el estudio: “Aceite de oliva: influencia y beneficios sobre algunas patologías”, los ácidos grasos monoinsaturados y las sustancias antioxidantes que lo componen tiene numerosas funciones biológicas que benefician el buen estado de salud.

El aceite de oliva aporta grasas saludables al organismo. | Foto: Getty Images

Los científicos destacan de esas funciones, que optimizan la adecuada fluidez de las membranas biológicas, protegen frente a los radicales libres y peróxidos (previenen la ateroesclerosis y la artritis), disminuyen los niveles plasmáticos de LDL, conocido como colesterol malo, e incrementa los de HDL (colesterol bueno) disminuyendo el riesgo cardiovascular.

De igual forma, el aceite de oliva es beneficioso para mejorar los síntomas de enfermedades autoinmunes como la artritis reumatoide, pues al parecer modifica la producción de citoquinas, entre otras acciones, favorece el vaciamiento de la vesícula reduciendo el riesgo de colelitiasis y disminuye la secreción pancreática y gástrica en reposo, protegiendo de esta manera al sistema digestivo.

Referencias científicas:

Composición química y aplicaciones clínicas del aceite de oliva extra virgen.

Effects of Olive Oil on Blood Pressure: Epidemiological, Clinical, and Mechanistic Evidence.

Aceite de oliva: influencia y beneficios sobre algunas patologías.