La presión arterial se define como la fuerza que ejerce la sangre contra las paredes de las arterias y, cuando esta se eleva demasiado, se le llama hipertensión. Esta afección es el principal factor de riesgo para que una persona se enfrente a una enfermedad cardiovascular, asegura la Organización Panamericana de la Salud (OPS).
Este es un padecimiento que normalmente no genera síntomas, por lo que es frecuente que las personas lo enfrente sin saberlo. Por esta razón, la recomendación de los expertos es medir la tensión arterial de forma periódica con el fin de evitar que la situación se complique.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) asegura que esta es una enfermedad que en muchas ocasiones produce daños cardíacos graves, debido a que el exceso de presión endurece las arterias, lo que hace que baje el flujo de la sangre y oxígeno que llegan al corazón. Esta es una de las razones por las que se pueden presentar las siguientes afecciones.
- Dolor torácico, más conocido como angina de pecho.
- Infarto de miocardio, que se produce cuando se obstruye el flujo de sangre que llega al corazón.
- Insuficiencia cardíaca, que se da en el momento en que el corazón no puede bombear suficiente sangre y oxígeno a otros órganos vitales.
- Ritmo cardíaco irregular, que es posible que derive en muerte súbita.
Aceite de oliva para la presión arterial
Si bien la presión arterial elevada puede presentarse en cualquier momento de la vida, de acuerdo con los expertos, las dificultades incrementan con el avance de los años. De la tensión arterial se dan dos valores: la sistólica, que responde al momento en que el corazón se contrae o late; y la diastólica, que representa la presión ejercida sobre los vasos cuando el corazón se relaja entre un latido y otro.
Para los especialistas, la mejor forma de mantener bajo control la presión arterial y evitar que se suba es llevando una dieta equilibrada y practicando ejercicio físico de manera regular.
En el marco de una alimentación balanceada no deben faltar las frutas y verduras, los cereales integrales, proteínas magras y mucha hidratación. Además, es importante prestar atención al tipo de aceite que se utiliza para preparar los alimentos. La recomendación de los expertos es usar aceite de oliva.
Este producto es catalogado como un superalimento y es uno de los principales componentes de la dieta mediterránea. Se caracteriza por ser una buena fuente de grasas monoinsaturadas, vitamina E y antioxidantes, que brindan diversos beneficios para la salud y uno de ellos es que su consumo en el marco de una dieta sana contribuye a mantener bajo control los niveles de presión arterial.
Se dice que los ácidos grasos omega-3 de este tipo de aceite flexibilizan las arterias, por lo que ayudan a bajar la tensión que ocasiona la sangre contra sus paredes de las arterias.
Un estudio titulado: “Effects of Olive Oil on Blood Pressure: Epidemiological, Clinical, and Mechanistic Evidence”, indica que tanto análisis experimentales como los realizados en humanos coinciden en demostrar los efectos antihipertensivos del aceite de oliva.
“Concluimos que debido a su alto contenido en ácido oleico y polifenoles antioxidantes, el consumo de aceite de oliva puede recomendarse como la opción grasa óptima en los protocolos de manejo de la hipertensión, tanto en pacientes sanos como con enfermedades cardiovasculares”, precisa.
Referencias científicas
Effects of Olive Oil on Blood Pressure: Epidemiological, Clinical, and Mechanistic Evidence
Composición química y aplicaciones clínicas del aceite de oliva extra virgen