Existe la creencia popular de que el agua de mar podría ayudar a sanar heridas, llagas y cortadas en la piel. Pero la verdad es que esto no es del todo cierto, y de hecho se debe tener cuidado cuando se baña en el mar, exponiendo este tipo de lesiones, aquí le explicamos por qué.
Según varios artículos médicos en la web, dentro de los componentes del agua de mar hay sales minerales y oligoelementos (elementos químicos presentes en las células, indispensables para el desarrollo normal del metabolismo), que pueden actuar como antiinflamatorios. De hecho, por eso se usa la solución salina para tratar las heridas, especialmente para limpiarlas, pero lo que hay que tener en cuenta aquí, es que el agua de mar no es estéril como si lo es la solución salina.
Lo anterior quiere decir que además de sus componentes benéficos, en el agua de mar puede haber presencia de bacterias o agentes infecciosos que pueden provocar enfermedades. Por esto, los expertos aseguran que cuando se trata de pequeñas heridas, se pueden exponer a un baño en el mar, pero no es algo tan recomendable en caso de que la herida pueda volver a infectarse, o si es el caso de una quemadura grave.
De hecho, según publicaciones del Departamento de Salud Pública de Virginia, la presencia de estos microorganismos puede provocar infecciones que destruyan los tejidos blandos y otras enfermedades, y a esto están expuestas tanto las personas con alguna deficiencia inmunológica como quienes estén totalmente sanas.
De acuerdo a lo que explica el portal Mundodeportivo en su artículo, tanto el agua como el viento marino, podrían secar la piel, por lo que puede en casos de acné en la piel, podría resultar beneficioso exponerse a estos elementos. Pero no es lo que se busca en el caso de curación de heridas profundas o quemaduras.
En un artículo de la Australian Broadcasting Corporation, ABC, se indica una serie de aspectos que se deben tener en cuenta al tener una lesión en la piel y se está considerando darse un chapuzón en la playa. Entre estos se cuenta el estado del sistema inmunológico de la persona, el estado de la herida, y las circunstancias de las aguas en las que va a nadar.
En cuanto al sistema inmunológico, se señala, porque de hecho hay ciertas condiciones de salud, que pueden dejarlo más vulnerable a contraer una infección al exponerse al agua marina. Algunas de estas condiciones son la diabetes o enfermedad hepática y pacientes en tratamientos de quimioterapia para combatir algún tipo de cáncer. Por esto, y considerando que el mar no es un ambiente esterilizado, si tiene alguna herida abierta es mejor no exponerse al contacto con este tipo de agua.
Otro tipo de heridas que requieren especial cuidado, y por tanto no deben exponerse al agua de mar, son las llagas ocasionadas por mala circulación, que pueden aparecer por diabetes o enfermedad vascular periférica.
Aún si no se padece ninguna enfermedad que afecte el sistema inmunológico, el solo hecho de tener heridas abiertas, requiere especial cuidado y más si se va a ir al mar.
La recomendación de acuerdo al Instituto Nacional de Salud, de Estados Unidos (NIH, sus siglas en inglés), es primero, con las manos limpias, asear la superficie afectada de la piel con agua y jabón líquido, con toques suaves y sin frotar. Después se debe secar la herida con gasas estériles. Se puede utilizar algún tipo de sustancia antiséptica, siempre y cuando la persona no sea alérgica a ninguno de sus componentes.