Las mascotas generan gran cariño en las personas, pues sacan de la rutina a sus dueños con sus demostraciones de amor, actitudes y la forma en que reaccionan ante las diferentes situaciones.
De hecho, según el Instituto Nacional de Salud de los Estados Unidos (NIH, por sus siglas en inglés), una mascota “puede disminuir el estrés, mejorar la salud del corazón e, incluso, ayudar a los niños con sus habilidades emocionales y sociales”.
En el caso de los perros, estos “están muy presentes. Si alguien está luchando con algo, saben cómo sentarse y ser amorosos. Su atención se centra en la persona todo el tiempo”, según la doctora Ann Berger, médica e investigadora del Centro Clínico de los NIH en Bethesda, Maryland.
De acuerdo con Sebastián Agudelo, psicólogo de la Universidad Luis Amigó, como registra en la web de Comfama, en “un rato de juego con ellos, experimentamos un aumento de oxitocina, estimulamos la producción de serotonina y de dopamina, al tiempo que disminuimos los niveles cortisol”, o sea el estrés.
Y agrega que una mascota “ayuda a aliviar la depresión por sentimientos de soledad, ya que su compañía estimula la comunicación y el contacto físico. Ellos no hablan, pero seguramente nos hacen sentir su presencia”.
Dicho esto, es común que los perritos, especialmente, estén presentes en el momento de comer de su dueño. Pero al acompañarlos es común que ellos le pidan a ellos de eso que están comiendo, ya sea por el olor que se desprende de la comida, o por mera curiosidad.
Sin embargo, hay algunos alimentos que si el perro los consume, no le van a causar ningún daño, pero esto no ocurre con todos, pues su organismo es totalmente diferente y es más sensible a algunos otros.
En ese sentido, no habría problema si el can come banano, manzana sin la semilla, huevo cocido, lechuga, pechuga de pollo sin sal, pescado sin sal y sin espinas, todo esto de vez en cuando y con total moderación.
Here Pup indica que en cantidades pequeñas, el perro puede comer pan, queso, sandía, fresas, brócoli, tomates, piña, y papas.
Pero también hay otros alimentos que un perro no debe consumir bajo ninguna circunstancia, porque el efecto que tendrá no será bueno en lo absoluto, como almendras, maíz, camarones, azúcar, así como los ajos, la cerveza y el chocolate, de acuerdo con una infografía de Here Pup.
De otro lado, en el caso de los gatitos también y los canes, es importante que no coman aguacate. Esto, debido a que posee “una toxina llamada persina que se encuentra, sobre todo, en las hojas y el hueso, y que puede provocar vómitos y diarrea en los perros. Podrían envenenar a tu mascota (gato)”, de acuerdo con HillsPet en su edición en español.
El aguacate también presenta otros riesgos no tóxicos a tener en cuenta. Es un alimento muy calórico que puede hacer que tu mascota aumente de peso de forma significativa y más rápidamente de lo esperado, si lo consume en grandes cantidades”, agregan.
“Y el hueso (también llamado pepa o semilla) del centro de la fruta puede hacer que los animales se atraganten con él, en caso de ingerirlo. Aunque es probable que un hueso de aguacate no quepa en la boca de un gato, hay que tener cuidado con los perros más grandes, ya que podrían ver el hueso como un juguete”, puntualizan desde el portal.