Una alimentación saludable y balanceada es uno de los factores más importantes para mantener una mejor calidad de vida. Como tal, las frutas, las verduras, los frutos secos, las legumbres, los cereales integrales y las semillas son indispensables porque tienen un alto aporte de vitaminas, minerales y fibra, sustancias de vital importancia para que el organismo funcione de forma correcta.
En lo que corresponde, por ejemplo, al consumo de verduras, estas se pueden encontrar con facilidad en cualquier tienda o supermercado de barrio. Por lo general, tienen un color verde y algunas de ellas se pueden consumir en su propio estado, pero otras sí requieren ser cocidas. Se suelen encontrar en sopas y en ensaladas.
Existen muchas variedades, pero una de las más utilizadas por las familias colombianas y de diferentes partes del mundo es la lechuga, la cual es muy baja en grasa, aspecto por el que resalta. Tiene un color verde claro y es muy similar al repollo. Presuntamente, tiene su origen en el sur de Europa.
La lechuga, al igual que la mayoría de verduras, le ofrece una serie de beneficios al organismo. Este vegetal se caracteriza por contener diversos nutrientes y compuestos bioactivos como la vitamina C, carotenoides, folatos y clorofila, que le proporcionan propiedades hipoglucemiantes, antioxidantes, diuréticas, laxantes y digestivas.
El portal Salud Mapfre indica que es un alimento muy poco calórico, pues solo aporta unas 16 calorías por 100 gramos, lo que se debe a su gran contenido en agua, el cual supera el 90 % de su peso. Es una verdura rica en fibra y en vitaminas antioxidantes como la A, C y E y también fuente de algunas del grupo B como los folatos (B9), B1, B2 y B3, además de la K. Adicionalmente, contiene importantes cantidades de minerales como el fósforo, hierro, calcio y potasio.
Además, ayuda a regular los niveles de azúcar en sangre. Esto se debe a que las fibras de la lechuga hacen que la absorción de carbohidratos en el intestino sea más lenta, evitando el aumento abrupto del azúcar en la sangre, por lo que es una buena alternativa para las personas diabéticas o prediabéticas.
“Las lechugas forman el género Lactuca y pertenecen a la familia de las asteráceas (compuestas). Esta familia, cuyo nombre actual deriva del griego Aster (estrella), se caracteriza porque sus flores están compuestas por la fusión de cientos e incluso miles de flores diminutas”, explica el sitio web Mapa Gob.
“Todas las lechugas que se cultivan hoy en día derivan de la humilde Lactuca sativa, la lechuga silvestre con hojas más pequeñas y duras, sabor acre y pequeñas flores amarillas que salen en verano y crecen como mala hierba en los terrenos baldíos de buena parte de Europa y Asia. Los botánicos no se ponen de acuerdo sobre su origen. Conocida por sumerios, egipcios, persas, griegos y romanos, es una planta cultivada desde hace muchos años”, agrega.
Normalmente, la lechuga se consume cruda, en ensaladas, cocida o asada. Para que todos sus nutrientes se puedan aprovechar, es importante no combinarla con alimentos o productos cargados de grasas dañinas, azúcares y sodio.
Otros beneficios de consumir lechuga
- Potente diurético y depurativo: la lechuga, gracias a su alto contenido de agua, potasio y bajo contenido de sodio, favorece la eliminación del exceso de líquidos del organismo. “Es beneficioso en caso de hiperuricemia y gota, cálculos renales y en caso de hipertensión, retención de líquidos y oliguria”, precisó el portal Eroski Consumer.
- Ayuda a combatir la anemia: por contener ácido fólico y hierro, el consumo de lechuga puede ser beneficioso para prevenir la anemia e incluso para tratarla, ya que son dos minerales importantes implicados en la formación de glóbulos rojos
- Favorece el sueño: porque contiene lactucarium, que actúa como calmante sobre el sistema nervioso, por ello se dice que la lechuga contiene propiedades relajantes y aliadas del sueño.