La salud debe ser considerado uno de los aspectos que más prioridad y atención requiere, ya que de ella depende el buen funcionamiento del organismo, así como la calidad de vida que un individuo pueda tener con el paso de los años.

De lo anterior, radica la importancia de visitar al médico constantemente, al menos cada 6 meses para prevenir daños a la salud o poder diagnosticarlos a tiempo con el fin de que se puedan tratar de la mejor manera. Desde la cabeza hasta los pies existe un profesional indicado para cada parte del cuerpo e implementar las acciones necesarias para que la calidad de vida del paciente no se vea afectada.

Importancia de la flora intestinal

Un ejemplo de ello es el sistema digestivo, el cual está compuesto por varios órganos que suelen verse afectados de manera frecuente, sobre todo por los hábitos alimenticios que decide llevar un paciente; en medio de los procesos digestivos juega un papel importante la flora intestinal.

Según el Instituto Nacional del Cáncer de los Estados Unidos, la flora intestinal es la bacteria u otros organismos que viven en los intestinos y facilita el proceso de digestión de los alimentos. Esta flora, también conocida como microbiota, se compone por cerca de 100 billones de bacterias beneficiosas para el organismo, una cifra considerablemente alta.

Los probióticos son alimentos para la flora intestinal. | Foto: Getty Images

El instituto de investigación Mayo Clinic, para mantener un microbioma sano es importante lograr un equilibrio entre las casi 1.000 especies de bacterias que habitan en el intestino. “Hay dos maneras de mantener este equilibrio: ayudar a que crezcan los microbios que ya están allí dándoles los alimentos que les gustan (prebióticos) y añadir microbios vivos directamente al sistema (probióticos)”, precisó.

En el caso de los prebióticos son fibras vegetales que actúan como fertilizantes que estimulan el crecimiento de las bacterias sanas, las cuales se encuentran en muchas frutas y verduras, especialmente en aquellas que contienen carbohidratos complejos, como la fibra y el almidón resistente. “Estos carbohidratos no son digeribles por el cuerpo, por lo que pasan a través del sistema digestivo para convertirse en alimento para las bacterias y otros microbios”, agrega la fuente citada.

Las investigaciones llevadas a cabo hasta el presente asocian a determinada clase de bacterias prebióticas con distintos tratamientos. | Foto: Getty Images

De acuerdo con el portal Saber Vivir en un estudio citado de la Universidad Estatal de San José presentado en Nutrition 2023, estos son los cinco alimentos con más contenido en prebióticos: hojas de diente de león, alcachofas de Jerusalén, o también conocidas como tupinambo o topinambo; el ajo, los puerros y las cebollas. También se puede incluir alimentos como los espárragos, las legumbres, el plátano verde, las algas, los champiñones, la miel, el maíz, la papa, soja y manzana.

“La mayoría de las pautas dietéticas no incluyen recomendaciones sobre la ingesta diaria de prebióticos. Sin embargo, la Asociación Científica Internacional de Probióticos y Prebióticos estima que se necesitan al menos 5 g al día para lograr un beneficio para la salud”, precisó la fuente citada anteriormente.

Por su parte, el portal Cuerpomente, dejó en evidencia la relación que hay entre los prebióticos con funciones metabólicas que tienen que ver con la grasa corporal, la inmunidad, la prevención de infecciones intestinales y la disminución del riesgo de cáncer de colon o del nivel de glucosa en sangre.

El consumo de alimentos prebióticos ayudaría a evitar el desarrollo de enfermedades y trastornos como los cardiovasculares, obesidad, alergia o diabetes, gracias a que permiten mantener el sistema gastrointestinal sano, por lo que a su vez el estado general del organismo es favorable.

La alimentación es fundamental para combatir los niveles altos de estas sustancias. | Foto: Getty Images

Finalmente, estos alimentos favorecen la absorción de calcio, magnesio, hierro y zinc. “Se ha observado un aumento de la densidad mineral ósea tras un año de administración de inulina. Probablemente, el descenso del pH intestinal colabora en la mejor absorción de este mineral”, precisó la plataforma citada.