La flora intestinal es reconocida por ser un conjunto de microorganismos que ayudan a cuidar la salud no solo de los intestinos, sino del cuerpo, en general. “Está compuesta por aproximadamente cien billones de bacterias beneficiosas, una cifra diez veces mayor que el número de células presentes en el cuerpo”, precisa el portal Cinfasalud, de España.
La microbiota, como también se le denomina, se encarga de defender al cuerpo frente a bacterias, virus o enfermedades y asegura el correcto funcionamiento del sistema digestivo.
Específicamente, cumple con tres tareas esenciales. Una es la nutricional, que favorece la síntesis de compuestos como las vitaminas, entre ellas la K y las del grupo B; facilita la absorción de calcio y hierro en el colon, y favorece el movimiento intestinal.
Para cuidar la flora, que juega un papel importante en la salud del colon, es fundamental incorporar habitualmente en la dieta alimentos con microorganismos vivos (probióticos), así como ingerir los tipos de fibra que los alimentan y que favorecen su desarrollo (prebióticos), precisa el portal Cuerpo Mente.
Uno de los alimentos más recomendados es el kéfir. Es un producto que contiene decenas de microorganismos beneficiosos, entre ellos los Lactobacillus acidophilus y Saccharomyces kefir. El mencionado sitio web asegura que es un alimento que está indicado ante el estreñimiento y frente a los síntomas de inflamación intestinal.
El portal de bienestar y salud, Tua Saúde, explica que este alimento es rico en bacterias y levaduras probióticas que promueven la salud intestinal, facilitan la digestión y aumentan la inmunidad, ayudando a mantener la salud general del organismo y del colon, en particular.
Las bacterias benéficas que contiene actúan equilibrando la flora intestinal, promoviendo el buen funcionamiento del intestino e inclusive puede utilizarse para mejorar y ayudar en el tratamiento de algunas enfermedades gastrointestinales, como síndrome de intestino irritable, enfermedad de Crohn y las úlceras, por ejemplo, dice la citada fuente.
El kéfir puede prepararse en leche o agua y se hace de la siguiente forma, según Tua Saúde.
Kéfir de leche
Ingredientes
- 100 gramos de kéfir
- Un litro de leche de vaca o cabra
Modo de preparación
Se colocan en un recipiente de vidrio los granos de kéfir, la leche fresca, pasteurizada o no, descremada, semi-descremada o completa. El contenido se deja a temperatura ambiente durante aproximadamente 24 horas. La leche fermentada se debe colar para separar y recuperar los granos que se agregan a más leche fresca, repitiendo el proceso. Esta bebida puede consumirse inmediatamente o mantenerse en la nevera para consumo posterior.
Kéfir de agua
La diferencia del kéfir de agua con respecto al de leche es que no necesita lactosa para que se produzca la fermentación, siendo esta realizada a través de la adición de azúcar o azúcar morena, por lo que pueden beneficiarse de todas sus propiedades aquellas personas que son vegetarianas y que tienen intolerancia a la lactosa.
Ingredientes
- 100 gramos de kéfir
- 60 gramos de azúcar
- Un litro de agua.
Modo de preparación
Colocar el agua en un recipiente de vidrio y añadir los granos de kéfir y el azúcar. Luego se tapa el frasco con un paño y una banda elástica, se agita y se mantiene a temperatura ambiente durante dos o tres días. Luego debe ser colado y se puede beber a continuación o se puede guardar en la nevera.
Otros alimentos saludables para la microbiota y el colon
Estos son otros alimentos que recomienda la EPS Famisanar en su página web, para mantener estos microorganismos en buen estado.
Manzanas: Esta fruta contiene pectina, un tipo de fibra soluble y un alimento para las bacterias buenas de la flora intestinal. Para esto, lo ideal es lavarlas bien y consumirlas con cáscara, pues gran parte de la fibra se encuentra en la piel de la fruta.
Yogur: Este alimento es el probiótico más popular y consumido; sin embargo, es importante tener en cuenta que debe ser lo más natural y fresco posible. Se puede utilizar en ensaladas de frutas o postres saludables.
Verduras fermentadas: Los encurtidos como los pepinillos o el apio y las verduras fermentadas son ricos en lactobacilos, un tipo de probióticos que le ayudan al cuerpo a equilibrar la flora intestinal.
Jengibre: Debido a su poder antibacteriano resulta un gran aliado para cuidar la flora intestinal y reducir las alteraciones de la misma. Adicionalmente, actúa como antibiótico para combatir las bacterias infecciosas e incrementar el buen estado de la flora intestinal.
Cebolla: Así como el ajo, la alcachofas o las espinacas, son buenos alimentos prebióticos. Según el portal Saber Vivir, estos vegetales contienen compuestos como la inulina, similares a la fibra vegetal que pasan sin digerirse al intestino y sirven de alimento a las bacterias buenas.