El sistema digestivo está compuesto por varios órganos que suelen verse afectados de manera frecuente, sobre todo por los hábitos alimenticios que decide llevar un paciente; en medio de los procesos digestivos juega un papel importante la flora intestinal.
Según el Instituto Nacional del Cáncer de los Estados Unidos, la flora intestinal es la que facilita la digestión de las comidas. De acuerdo con la definición que está registrada en el portal web de esta institución, la flora intestinal es la bacteria u otros organismos que viven en los intestinos, los cuales ayudan al proceso de digestión de los alimentos.
Las bacterias que componen la flora intestinal son microorganismos benignos que se alojan en esta parte del cuerpo, razón que ha llevado a los profesionales en esta área de la salud a recomendar la ingesta de determinados alimentos con el fin de fortalecer y purificar la microbiota.
También es fundamental mencionar que así como hay alimentos que mejoran las condiciones de esta parte del cuerpo, también hay otros que la pueden poner en riesgo. El portal de Cinfasalud, destaca que la flora intestinal se puede ver afectada cuando un paciente lleva una dieta con poca cantidad de fibra y un exceso de carnes, grasas y azúcares.
Cabe mencionar que la flora intestinal también se puede ver afectada cuando los pacientes practican el sedentarismo como si fuese un deporte o consumen de manera desmedida bebidas alcohólicas y cigarrillos. Además, no dormir el número de horas adecuadas durante la noche, según la edad, no solo puede afectar el sistema digestivo sino otros órganos del cuerpo como el cerebro y el corazón.
“Cuando aparecen esos desequilibrios en la flora intestinal, existe una mayor predisposición a infecciones, alergias y dermatitis atópicas. Además, se altera la movilidad digestiva, lo que puede provocar estreñimiento, diarreas, malas digestiones, gases o distensión abdominal”, explican desde el mencionado portal.
Uno de los alimentos más conocidos para fortalecer la flora intestinal son los lácteos, como el yogur; sin embargo, hay una gran variedad en los supermercados, por eso se hace importante escoger la mejor opción, para que realmente el que se ingiera tenga efectos positivos sobre la salud del sistema digestivo y el cuerpo en general.
Para escoger un buen yogur es crucial que este sea de origen natural (blanco) y que no contenga ningún tipo de sabor. Al leer la tabla nutricional no debe decir que contenga más de seis gramos de azúcar, aclarando que siempre contiene, pero es por la lactosa, componente natural que da la vaca.
Mejor con Salud menciona la importancia de consumir este tipo de lácteos de manera regular; además es un producto tan versátil que se puede acompañar con frutos secos o frutas y se puede ingerir tanto en las onces como en el desayuno.
“Los probióticos que contiene el yogur natural tienen la capacidad de restablecer el equilibrio de la microbiota o flora intestinal. Todo ello hace que se prevenga el desarrollo de infecciones gastrointestinales y trastornos inflamatorios”, según un estudio publicado en Immunology.
Estos cultivos de bacterias saludables colonizan el intestino y ayudan a fortalecer el sistema inmunitario. Así se evita la proliferación de bacterias y hongos patógenos, señala el medio.
Además, el yogur cuenta con otras fuentes de nutrientes que no solo benefician la salud intestinal sino la salud y la densidad de los huesos, gracias a que contienen dosis elevadas de vitamina D, calcio y magnesio. “También su poder antiinflamatorio disminuye el riesgo de desgaste prematuro. Por lo tanto, mantiene las piezas óseas fuertes y libres de dolor”.