La enfermedad de Alzhéimer es una de las formas más comunes de la demencia; sin embargo, además del deterioro cognitivo, este diagnóstico puede afectar la vida interpersonal de la persona que lo padece, y aunque se relaciona con la edad, el envejecimiento no es el directamente causante de esta situación.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) define la demencia como un síndrome, generalmente, de naturaleza crónica o progresiva, caracterizado por el deterioro de la función cognitiva (es decir, la capacidad para procesar el pensamiento), dentro de esta rama está alojada la enfermedad.
“La demencia es una de las principales causas de discapacidad y dependencia entre las personas mayores en todo el mundo. Puede resultar abrumadora no solo para quienes la padecen, sino para sus cuidadores y familiares”, explicó la OMS, recalcando las dificultades de las personas y familiares que sufren por algunos de los tipos de demencia, como el Alzheimer, por lo que el diagnóstico puede ir mucho más allá de las afectaciones individuales.
El Alzhéimer se trata de una condición que degenera las capacidades cerebrales conforme avanza, según indica el Instituto Nacional del Envejecimiento, una entidad anexa a los Institutos Nacionales de Salud de los Estados Unidos.
Agregó que el avance progresivo del diagnóstico es la característica principal de la enfermedad en cuestión, que no siempre muestra señales tempranas y se diagnostica en una etapa más avanzada, de ahí en adelante sigue agravándose la condición.
Ante este panorama, es importante tener en cuenta alternativas que puedan ayudar a combatir la enfermedad, así como los síntomas que esta presenta, métodos naturales que se puedan integrar con el tratamiento médico recetado por especialistas médicos.
Por su parte, la cobalamina o vitamina B12 es una de las más importantes en cuanto a funciones cerebral se refiere. Mientras que la D también se conoce como “la vitamina del sol”, debido a que el cuerpo la produce luego de la exposición a la luz solar y esta vitamina le ayuda al cuerpo a absorber el calcio. Asimismo, ayuda a mantener niveles sanguíneos apropiados de calcio y fósforo.
Estas dos están presentes en un solo alimento que tiende a ser muy consumido en los menús de las regiones costeras o restaurantes de mariscos; este es el camarón, mismo que además tiene un alto contenido de omega 3.
Al parecer todas estas propiedades serían las indicadas para combatir el Alzheimer, según informó Salud Panamá, afirmando que la combinación del omega, junto con la B13 y la D serían las que además de luchar en contra del deterioro cognitivo, ayudarían a “disminuir el crecimiento de tumores cancerosos” y la artritis reumatoide.
“Son una buena fuente de ácidos grasos omega-3, que reducen el riesgo de problemas cardiovasculares al disminuir el colesterol en la sangre”, añadió el portal sobre otros beneficios que tendría el consumo regular del camarón para la salud.
También, existen bebidas naturales que pueden retrasar el envejecimiento de las células cerebrales, como lo es el té verde, pues, según Redacción Médica, “el departamento de química y biología química de esta universidad concluye que un compuesto del té verde inhibe la formación de las placas tóxicas asociadas a la aparición de la enfermedad de Alzheimer”.
Adicional, agrega: “En concreto, el galato de epigalocatequina (EGCG), un polifenol del té verde, detiene la formación de la proteína beta-amiloide, la cual se agrupa en placas que bloquean las conexiones sinápticas entre las neuronas”.