Normalmente, cuando las personas consumen uvas, la mayoría desecha sus semillas, tal vez sin saber que su ingesta ofrece una serie de beneficios favorables para el organismo, pues se trata de pequeñas pepas que esconden diversas propiedades saludables.
Estas frutas son ricas en vitaminas del grupo B, en particular la B6 y el ácido fólico y, contrario a lo que se piensa, poseen un índice glucémico medio, además de que su contenido es principalmente agua, característica que ayuda a mejorar las condiciones digestivas del organismo, indica el portal Cuerpo Mente.
De igual forma, aportan minerales esenciales dentro de los que destacan el potasio, el cobre y el hierro, aunque también poseen calcio, fósforo, magnesio, manganeso, azufre y selenio en menores cantidades. También son fuente de componentes como probióticos, prebióticos, fitoesteroles, carotenoides y polifenoles y, dentro de estos últimos, las antocianinas, los flavonoides y el resveratrol, indica la mencionada fuente.
Estos pequeños frutos tienen un alto contenido de antioxidantes que protegen el cuerpo, según el instituto de investigación Mayo Clinic. Estos compuestos se encuentran principalmente en la cáscara, el tallo, la hoja y las semillas y no precisamente en la pulpa. De acuerdo con la citada fuente, algunas investigaciones sugieren que las uvas enteras aportan la misma cantidad de antioxidantes que el jugo y el vino, pero tienen el beneficio adicional de proporcionar fibra alimentaria.
Las semillas son una de las partes de esta fruta que más aportan vitaminas, entre ellas, la C, que ayuda a fortalecer el sistema inmunológico; la K, que es clave en el crecimiento y desarrollo de las personas, y la A, que cuida la salud visual, según el portal Mejor con Salud.
Las semillas de uva son usadas en la medicina natural, además, hay “varios productos cosméticos que las incluyen entre sus ingredientes”, indica este sitio web.
Ricas en antioxidantes
Sus efectos antioxidantes están dados por componentes como el tococerol y proantocianidinas, elementos que ayudan a proteger el cuerpo de los radicales libres y potencian el efecto de varias vitaminas.
Las semillas de uva favorecen la circulación sanguínea y ayudan a evitar la formación trombos. Esto se debe a que los flavonoides que contienen, permiten reforzar los vasos sanguíneos, fortaleciéndolos y mejorando su condición. Esto hace que la sangre fluya de mejor forma, evitando que se establezcan coágulos, precisa información del portal Directo al Paladar de México.
Los flavonoides son un grupo diverso de fitonutrientes (químicos vegetales) que se encuentran en muchas frutas, verduras y especias, según lo define el sitio especializado LiveScience. Estas sustancias no solo quitan la grasa y otras sustancias de la sangre, sino también del resto de los tejidos orgánicos del cuerpo. A estas pequeñas pepas se les atribuye que ayudan a depurar la sangre del exceso de medicamentos y agentes agresores que la contaminan.
Aliadas de la belleza y los ojos
Gracias a su contenido en vitaminas A y E, las semillas de uva favorecen la agudeza visual y combaten la fatiga ocular por el efecto de los computadores, la televisión, o las horas de lectura.
De igual forma, contienen colágeno y resveratrol, sustancias imprescindibles para luchar contra los signos del envejecimiento prematuro y suavizar las líneas de expresión. Estimulan la producción de colágeno, dan más elasticidad a la piel, la hidrata, y combaten el acné. Por esto, no en vano el extracto de semillas de uva se ha convertido en un ingrediente popular para la elaboración de productos cosméticos.
Las semillas de uva también ayudan a cuidar el cabello, ya que lo fortalecen y evitan su caída. Al mejorar la circulación y fortalecer los vasos sanguíneos, la raíz del pelo es más fuerte y se mantiene sana.
En la cultura popular también se asegura que estas pequeñas pepas protegen al cuerpo contra el deterioro que ocasiona la contaminación generada por factores ambientales, pero también por el tabaco, el estrés y el alcoholismo, entre otros.