Los procesos metabólicos, así como el funcionamiento de los órganos y sistemas, dependen de la distribución de las vitaminas, minerales u otros nutrientes esenciales en el organismo. En ese sentido, vale la pena destacar que estos componentes son recibidos a través de la alimentación, pues la comida es la principal fuente de ellos.

Así las cosas, será clave que haya una dieta balanceada para que el cuerpo pueda tener altos niveles de cada una de las sustancias que necesite.

Sardinas, uno de los pescados azules más ricos en nutrientes. | Foto: Getty Images

Además, “llevar una dieta sana a lo largo de la vida, ayuda a prevenir la malnutrición en todas sus formas, así como diferentes enfermedades no transmisibles y trastornos. Sin embargo, el aumento de la producción de alimentos procesados, la rápida urbanización y el cambio en los estilos de vida han dado lugar a un cambio en los hábitos alimentarios. Actualmente, las personas consumen más alimentos hipercalóricos, grasas, azúcares libres y sal/sodio; por otra parte, muchas personas no comen suficientes frutas, verduras y fibra dietética, como por ejemplo cereales integrales”, de acuerdo a lo que consigna la Organización Mundial de la Salud.

Con lo anterior, se puede mencionar que una de las áreas en las que influye la alimentación es en la circulación, debido a que es justamente la sangre el conducto por el que las sustancias que hay en la comida termina llegando a las células.

No en tanto, hay productos que tienen más efectos que otros sobre dicho procedimiento, dependiendo del contenido de nutrientes que tengan. La sardina, por ejemplo, es uno de los que más incidencia tiene en el flujo sanguíneo.

Como los demás pescados azules, es rico en grasas saludables, ácidos grasos omega 3, vitaminas A, B, D, calcio, fósforo, potasio, zinc, yodo, hierro y magnesio.

En el mismo modo se ha pronunciado la Clínica Mayo, una institución médica de Estados Unidos, que ha resaltado la importancia de los pescados azules o grasos.

De acuerdo con esa fuente, estos alimentos tienen “altos niveles de ácidos grasos omega-3, que pueden reducir los triglicéridos, un tipo de grasa que se encuentra en la sangre, así como reducir la presión arterial y el riesgo de que se formen coágulos sanguíneos. En las personas que ya han tenido ataques cardíacos, los ácidos grasos omega-3 pueden reducir el riesgo de muerte súbita”.

Por tener tales condiciones es clave también en la reducción del colesterol malo, que es otro tipo de grasa que se presenta en la sangre. Por su parte, ayuda a disminuir el riesgo de desarrollar latidos cardíacos irregulares, conocidos como arritmia.

Las sardinas o el atún, son una fuente rica de ácidos grasos. | Foto: Semana

Es de gran aporte para aumentar la fluidez en la sangre, así como para colaborarle al corazón al tener efectos antiinflamatorios y anticoagulantes.

A su vez, la sardina contiene un elevado aporte de vitamina B6, por lo que se vuelve una fuerte aliada para contrarrestar las dolencias cardiacas.

Entre otras cosas, informó que las sardinas pueden prevenir “la anemia (disminución de hemoglobina) al ser baja en calorías y poseer vitaminas A, B y D, además de minerales: calcio, fósforo, potasio, zinc, yodo, hierro y magnesio”.

La autoridad de agricultura de México también señaló que es un alimento que contiene altos niveles de proteínas, que son claves para mantener los músculos saludables, el crecimiento celular y la buena salud de los tejidos.

Sardinas, gran herramienta para la circulación sanguínea.

Y resaltó, como se mencionó antes, que contiene varias vitaminas del grupo B. Por un lado, advirtió que incluye vitamina B12, esencial para distintos procesos y útil para evitar problemas estomacales. Además, aporta vitamina B6, que podría ayudar a reducir el riesgo de padecer enfermedades como depresión y asma, según la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural de México.

A su vez, conforme a lo explicado en párrafos anteriores, señaló que las sardinas pueden ser muy útiles para reducir “el colesterol, ventaja que contribuye a evitar el riesgo de enfermedades cardiovasculares, tales como: ataques al corazón, trombosis (coágulos de sangre en las venas), entre otras”.