La diabetes es una enfermedad crónica que se caracteriza por niveles elevados de glucosa en la sangre, que con el tiempo puede ocasionar daños graves en el corazón, los vasos sanguíneos, los ojos, los riñones y los nervios, asegura la Organización Panamericana de la Salud (OPS).
De acuerdo con datos de esta organización, en el mundo alrededor de 422 millones de personas padecen de esta enfermedad y a la misma se le atribuyen 1,5 millones de muertes cada año. “Tanto el número de casos como la prevalencia de diabetes han aumentado constantemente durante las últimas décadas”, precisa la OPS.
Existe una hormona llamada insulina que es producida por el páncreas y que ayuda a que la glucosa de los alimentos ingrese en las células para que el cuerpo la pueda usar como energía.
Sin embargo, algunas veces, el cuerpo no produce suficiente, no produce nada de insulina o no la usa adecuadamente y la glucosa se queda en la sangre y no llega a las células, aumentando los niveles de azúcar en la sangre, explica el Instituto Nacional de Diabetes y Enfermedades Digestivas y Renales, de Estados Unidos.
Si bien se trata de una enfermedad que no tiene cura, lo que sí es claro es que los pacientes diabéticos pueden tomar medidas para controlar su enfermedad y mantenerse en condiciones sanas.
Según el instituto de investigación, Mayo Clinic, los síntomas de la diabetes varían dependiendo de cuánto se eleve el nivel de azúcar. Es posible que algunas personas, en especial las que padecen prediabetes o diabetes tipo 2, no experimenten síntomas. En el caso de la diabetes tipo 1, las señales tienden a aparecer rápido y a ser más intensas.
Los especialistas de esta institución aseguran que normalmente los signos y síntomas de la diabetes tipo 1 y tipo 2 son: aumento de la sed, micción frecuente, hambre extrema, pérdida de peso sin causa aparente, presencia de cetonas en la orina, fatiga, irritabilidad, visión borrrosa, llagas que tardan en cicatrizar e infecciones frecuentes en las encías o la piel.
Los expertos coinciden en que una de las claves para manejar los niveles de glucosa en la sangre es la alimentación y existen algunos productos que son particularmente especiales para cumplir con este objetivo.
Uno de ellos son los dátiles, un producto rico en calcio, magnesio, hierro y potasio, además de vitaminas A, B y K. El portal de bienestar y salud Tua Saúde argumenta que “son una excelente fuente de carotenoides, flavonoides y taninos, compuestos bioactivos con propiedades antioxidantes que ayudan a prevenir el envejecimiento prematuro y algunas enfermedades como el cáncer y el infarto de miocardio”.
“Además de esto, los dátiles también tienen óptimas cantidades de fibras, ayudando en los problemas de estreñimiento y a impedir el desarrollo de la diabetes por la capacidad de regular los niveles de azúcar en la sangre”, precisa este sitio web.
La mencionada fuente asegura que estos frutos ayudan a disminuir la velocidad de absorción del azúcar contenida en los alimentos, equilibrando los niveles de glucosa. De esta manera, pueden mejorar la resistencia a la insulina y prevenir que las personas desarrollen prediabetes o diabetes.
“La prediabetes es una afección grave en la que los niveles de azúcar en la sangre son más altos que lo normal, pero todavía no han llegado a niveles lo suficientemente altos para que se diagnostique diabetes tipo 2″, indican los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, de Estados Unidos.
Adicional, este fruto también puede favorecer ganancia de masa muscular. Se trata, según Tua Saúde, de una fruta con alto contenido de carbohidratos, que ayuda a aumentar la energía y fuerza durante el ejercicio físico. “Además de esto, tiene buenas cantidades de potasio y magnesio, que son minerales esenciales para el funcionamiento del músculo”, concluye.
El portal Mejor con Salud indica que los dátiles “son ricos en vitamina B3, y eso repercute directamente en los músculos. Esta vitamina favorece el funcionamiento del sistema muscular y promueve las capacidades psicomotrices. Además, la vitamina B3 facilita que los hidratos de carbono se conviertan en energía y favorece la producción de glóbulos rojos, que son los encargados de enviar oxígeno a los músculos”.