El hígado hace parte del sistema digestivo del organismo y su función principal es mantener estables los niveles de sustancias químicas en la sangre. También es el encargado de realizar más de 500 funciones adicionales.
Entre ellas se encuentran la producción de bilis, la cual ayuda a transportar y descomponer desechos y grasas en el intestino delgado durante el proceso de digestión de alimentos. Otra de las funciones del hígado es producir proteínas y colesterol que ayudan a transportar las grasas por todo el cuerpo.
A su vez, este órgano transporta la glucosa en glucógeno de almacenamiento y crea reservas de energía para cuando sean necesarias. Otro de los trabajos del hígado es almacenar hierro para el cuerpo y depurar sustancias tóxicas del flujo sanguíneo.
Hay ciertas afecciones que afectan a esta parte del cuerpo, la más común es el hígado graso, un trastorno que es causado por diversas causas y que se caracteriza por la acumulación de estas sustancias nocivas en el interior del órgano.
Teniendo en cuenta la importancia de este órgano, es necesario que las personas lleven un estilo de vida adecuado en cuestión alimenticia para evitar sufrir alguna enfermedad en el hígado y ayudarlo a que cumpla su función de manera correcta.
En este sentido, es necesario resaltar que, según la plataforma digital Mejor con Salud, hay un alimento en especial que ayuda a regenerar el hígado por sus distintos componentes y este es el ajo, el cual resalta entre las diferentes frutas y verduras por su capacidad antioxidante, que cumple una función anti inflamatoria e inmunomoduladora que evita el surgimiento de patologías hepáticas.
Otros alimentos que son saludables para el hígado son el pomelo, el café o el té verde, el aguacate, el trigo sarraceno, la alcachofa y la remolacha.
Enfermedades hepáticas
Cáncer de hígado
El cáncer de hígado puede ser un cáncer silencioso, es decir, no presentar síntomas. El más común es el carcinoma hepatocelular y existen otros como el colangiocarcinoma intrahepático y hepatoblastoma, aunque estos últimos son los menos comunes.
“Muchos pacientes que padecen cáncer de hígado tienen cirrosis (formación de tejido cicatrizado causada por el daño al hígado) desde hace tiempo. Los médicos pueden realizar pruebas para detectar cáncer de hígado si un paciente con cirrosis empeora sin razón aparente”, indica la Asociación Americana de Cáncer.
Según indica Mayo Clinic, entidad sin ánimo de lucro dedicada a la práctica clínica, la educación y la investigación, la mayoría de los pacientes que tienen cáncer de hígado no presentan signos ni síntomas de la enfermedad en las primeras etapas. Cuando se manifiestan pueden incluir los siguientes:
- Pérdida de peso involuntario.
- Pérdida de apetito.
- Dolor en la parte alta del abdomen.
- Náuseas y vómitos.
- Debilidad y fatiga general.
- Hinchazón abdominal.
- Heces blancas o blanquecina.
Un diagnóstico oportuno es importante para iniciar un tratamiento y disminuir el riesgo de complicaciones mayores de salud. Cuando el tumor no es operable, lo médicos pueden recomendar inyección de etanol en el hígado, congelación del tumor o destrucción del tumor.
Cuando el cáncer ha hecho metástasis, es decir, que se ha diseminado a otros órganos, la alternativa común es la quimioterapia y el tratamiento de la enfermedad en donde se ha expandido.
“En fases avanzadas del cáncer de hígado se opta por un tratamiento paliativo con quimioterapia, ya sea por vía intravenosa u oral. La radioterapia no resulta eficaz en el cáncer de hígado”, indica la entidad de salud Sanitas.