El colesterol y la presión arterial alta son dos enfermedades que afectan a millones de personas, pero que en muchas oportunidades quienes las padecen no saben que las tienen, pues normalmente no generan síntomas, poniendo en riesgo la salud, especialmente del corazón.

Si bien el colesterol es determinante para el organismo, pues lo necesita para producir hormonas, vitamina D y sustancias que le ayuden a digerir los alimentos, lo cierto es que si sus niveles son elevados ocasiona problemas cardíacos.

Si la persona tiene este lípido en cantidades mayores a lo normal, al combinarse con otras sustancias en la sangre para formar placa, la cual se pega a las paredes de sus vasos sanguíneos. Esta acumulación se llama arterioesclerosis y se corre el riesgo de que se desarrolle enfermedad de las arterias coronarias, debido a que éstas se estrechan o se bloquean, precisa Medline Plus, sitio web de la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos.

El colesterol es indispensable para algunas funciones del cuerpo, pero su exceso es perjudicial. | Foto: Getty Images

La Fundación Española del Corazón, asegura que para mantener este tipo de grasa en rangos aceptables es importante seguir una alimentación que sea baja en grasa saturada e incluir en la dieta alimentos ricos en ácidos grasos monoinsaturados, como el aceite de oliva y aquellos en los que predominen los ácidos grasos omega-3.

En cuanto a la presión arterial, los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos aseguran que cuando una persona la tiene elevada normalmente se siente bien, debido a que es un padecimiento que no causa señales o síntomas.

“Si la presión arterial alta no se controla por medio de cambios en el estilo de vida y medicamentos, puede provocar derrames cerebrales, enfermedades cardíacas, problemas oculares, insuficiencia renal y otros problemas de salud. La presión arterial alta también puede causar dificultades para respirar cuando una persona hace actividades físicas o ejercicios livianos”, precisa la citada fuente.

La hipertensión es un padecimiento silencioso que puede causar graves afecciones al corazón. | Foto: Getty Images

Los expertos aseguran que dadas las peligrosas consecuencias para la salud de no controlar estas dos afecciones, es importante realizar controles permanentes que permitan determinar la condiciones con respecto a las mismas e implementar hábitos saludables de vida que incluyan no solo la ingesta de una alimentación balanceada, sino la práctica regular de ejercicio y evitar el consumo de alcohol y tabaco.

En el marco de esa dieta equilibrada se pueden incluir hortalizas como la zanahoria, la cual destaca por sus propiedades y beneficios para la salud. Puede consumirse cruda, cocida y en preparaciones, como jugos, ensaladas y tortas, entre otros. Este es un alimento rico en betacarotenos, fuentes de provitamina A, según información del portal de bienestar y salud Tua Saúde.

Precisamente a este vegetal se le atribuyen bondades que mejoran la condición de quienes padecen de colesterol. Por combatir los radicales libres, los betacarotenos presentes en la zanahoria impiden la oxidación de las células de grasas, disminuyendo los niveles de colesterol llamado ¨malo¨o LDL en la sangre, evitando el surgimiento de situaciones o padecimientos como infarto e insuficiencia cardíaca.

La zanahoria tiene efectos antioxidantes. | Foto: Getty Images

De igual forma, esos mismos betacarotenos, que también actúan como antiinflamatorios ayudan a controlar la presión arterial, ya que promueven la salud de las arterias, facilitando la circulación de la sangre.

Así mismo, según la citada fuente, la zanahoria contiene potasio, un mineral que ayuda a eliminar el exceso de sodio en el organismo a través de la orina, promoviendo el equilibrio de la presión arterial, evitando que se generen problemas de hipertensión.

Otros beneficios

Gracias a su importante contenido de vitamina A, esta hortaliza previene las cataratas y la enfermedad de la retina llamada “degeneración macular”. La zanahoria está indicada también en caso de disminución de la agudeza visual, especialmente crepuscular o nocturna, y en caso de fotofobia (hipersensibilidad a la luz solar), conjuntivitis e inflamación de los párpados.

De otra parte, por ser rica en fibras que forman una especie de gel en el estómago, aumentando el tiempo de digestión de los alimentos y prolongando la saciedad, esta hortaliza es ideal para incluir en una dieta tendiente a bajar de peso. Esto también obedece a que contiene baja cantidad de carbohidratos y calorías.

Por último, según el portal Cuerpo Mente, este alimento es bueno para los pulmones, el hígado, los huesos y la piel. “Es beneficiosa para las afecciones broncopulmonares crónicas en general, debido a que contiene sustancias hipoglucemiantes pueden tomarla los diabéticos y es conveniente en patologías hepáticas”, asegura este sitio web.