La ingesta de una alimentación equilibrada, así como la práctica de ejercicio son clave en el marco de hábitos de vida saludables. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), una dieta saludable ayuda a protegerse de la malnutrición en todas sus formas, así como de enfermedades no transmisibles, como la diabetes o el cáncer.

Lo recomendable, según los expertos, es incluir en el plan de alimentación diario: frutas, vegetales, granos integrales y proteínas como pescado, pollo, legumbres y nueces. Estos alimentos aportan los nutrientes que el organismo requiere para mantenerse saludable.

Uno de los alimentos que resulta clave y que no debería faltar en la dieta, por lo menos dos veces a la semana es el pescado. Es un producto recomendado para toda la población, debido a que es una fuente importante de proteínas, vitaminas, minerales y ácidos grasos poliinsaturados y monoinsaturados.

Según información del Ministerio de Salud y Protección Social, en el pescado se encuentran cantidades relevantes de minerales tales como fósforo, potasio, calcio, sodio, magnesio, hierro, yodo y cloro. Sin embargo, aquellos que se comen con espinas y algunos mariscos aportan una mayor cantidad de calcio.

El pescado destaca por su contenido de vitaminas del grupo B (B1, B2, B3 y B12), también aporta vitaminas A, D y en menor proporción, la E. El aceite de hígado de pescado constituye la fuente natural más concentrada de vitaminas A y D.

En el pescado también abundan los ácidos grasos poliinsaturados, entre los que se encuentran los omega 3, relacionados con la prevención de las enfermedades cardiovasculares y sus factores de riesgo asociados como el colesterol y triglicéridos elevados en la sangre.

Según la Fundación Española del Corazón, el consumo de pescado forma parte de una dieta equilibrada y su ingesta debe ser de dos a tres raciones a la semana, dado que es un alimento que aporta proteínas de alto valor biológico.

“Una de las ventajas corroborada por diversos estudios es la relación del consumo de pescado azul (sardina, caballa, atún, bonito, pez espada, salmón, arenque, boquerones, jurel…) y la prevención de enfermedades cardiovasculares. Este tipo de pescado es una importante fuente de ácidos grasos omega 3, que reducen los niveles de colesterol LDL (‘malo’) y retardan el proceso de acumulación de placa grasa en las arterias”, precisa la mencionada institución.

Comer pescado reduce el riesgo de muerte por enfermedad cardiaca, la principal causa de fallecimiento tanto en hombres como en mujeres y se ha relacionado con un menor riesgo de apoplejía, depresión y declive mental con la edad.

Otros beneficios para la salud

Otro de los beneficios de este alimento es el fortalecimiento de la estructura ósea. Hay especies cuyas espinas también se comen, básicamente las más pequeñas. Las sardinas o anchoas frescas o enlatadas permiten comerlas enteras y tienen una cantidad extra de calcio para los huesos, precisa el portal Saber Vivir TV.

Una de las recomendaciones es incluir en la dieta alimentos que contengan vitamina D como los lácteos, el salmón o huevo, que ayudan a asimilar bien el aporte del calcio al organismo.

El pescado también nutre los músculos. “El pescado cuenta con una buena dosis de proteínas, tantas como la carne o los huevos. Este nutriente es especialmente importante para la recuperación de los músculos tras el ejercicio, y para que los órganos se mantengan y se desarrollen correctamente”, precisa Saber Vivir TV.

De igual forma, este alimento es una de las principales fuentes de minerales como el zinc o el fósforo, y de vitamina A, B12 o de ácido fólico, nutrientes que intervienen en la concentración, la memoria y el aprendizaje.

Información del portal Hola Doctor, de España, indica que en las mujeres embarazadas, madres lactantes y mujeres en edad fértil, el consumo de pescado es importante, debido a que proporciona DHA, un ácido graso Omega 3 específico que es benéfico para el desarrollo cerebral de los bebés.