La diabetes es una de las enfermedades crónicas más frecuente y se caracteriza porque el paciente presenta niveles elevados de azúcar en la sangre. Con el tiempo esta afección genera complicaciones en diferentes órganos como los ojos, los riñones y los nervios.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) precisa que este padecimiento se genera cuando el páncreas no secreta suficiente insulina o si el organismo no utiliza eficazmente la que produce. La insulina es una hormona que regula la concentración de glucosa en la sangre, es decir, la glucemia.

“Un efecto común de la diabetes no controlada es la hiperglucemia (glucemia elevada), que con el tiempo daña gravemente muchos órganos y sistemas del cuerpo”, asegura la OMS.

Una de las mejores formas de prevenir el desarrollo y las complicaciones que ocasiona esta enfermedad es realizar cambios en los hábitos de vida y especialmente en la forma de alimentarse. Llevar una dieta saludable que incluya frutas y vegetales, granos integrales como trigo, arroz, cebada, quinua y avena; proteínas, como carnes magras, pollo, pavo, pescado, huevos y tofu y productos lácteos descremados o bajos en grasa como leche, yogur y queso, es ideal.

Esto debe complementarse con la práctica de ejercicio varias veces a la semana. La Fundación Española del Corazón indica que los deportes más recomendables son caminar, correr y montar en bicicleta, siempre teniendo en cuenta la condición clínica del paciente.

En el marco de estos hábitos se puede incluir un alimento que aporta en la prevención de la diabetes tipo 2. Se trata de la rúcula (Erucula vesicaria), una verdura picante que tiene su origen en la región mediterránea, donde se consume al menos desde la época romana, cuando se consideraba un afrodisiaco, indica información del portal Cuerpo Mente.

También conocida como rúgula, es un vegetal verde oscuro que destaca por ser rico en vitaminas A y C y en compuestos fenólicos, como luteína y zeaxantina, con propiedades antioxidantes y antiinflamatorias. también posee minerales como potasio y calcio, necesarios para la regulación de la presión arterial, y fósforo, magnesio y vitamina K, esenciales para la salud de los huesos, precisa el portal de bienestar y salud Tua Saúde.

Es una crucífera como la col rizada, el brócoli o las coles de Bruselas y brinda muchos de sus mismos beneficios a la salud y precisamente uno de ellos es que ayuda a controlar los niveles de azúcar en la sangre. Una de las razones es que es una buena fuente de fibra, lo que contribuye a regular la absorción de carbohidratos en el intestino, evitando que se generen picos de glucosa.

Se dice que, además de las hojas de rúcula, el extracto y el aceite extraídos de la semilla de esta planta pueden aumentar la sensibilidad a la insulina y reducir la glucosa por contener ácido alfa-lipoico en su composición, el cual posee acción antioxidante, lo que reduce el estrés oxidativo en las células que causan trastornos metabólicos.

Otros beneficios

Según Cuerpo Mente, la rúcula tiene un alto contenido de nutrientes clave para la salud de los huesos, incluidos el calcio, el magnesio y la vitamina K. Esta última mejora la salud ósea al desempeñar un papel esencial en la mineralización.

Al ser fuente de nitratos y potasio, que son sustancias que ayudan a aumentar la relajación de los vasos sanguíneos, permitiendo que la sangre circule con mayor facilidad, es un vegetal que contribuye a reducir la presión arterial.

Por último, se dice que esta planta mejora la salud de los ojos, gracias a que es rica en antioxidantes como la luteína y la zeaxantina, que actúan combatiendo radicales libres que pueden causar daños en las células de estos órganos.

Asimismo, posee importantes cantidades de caroteno y vitamina A, que favorecen y cuidan las membranas de las células de los ojos y evitan problemas de visión como ojos secos, ceguera nocturna o degeneración macular relacionada con la edad.

Aunque no se trata de un alimento milagroso, sí puede ser incluido en el marco de una dieta saludable para ayudar en el tratamiento de diversas afecciones.