La salud es un tema que genera consulta constante, mucho más si es la cardiovascular, que compromete a órganos de vital funcionamiento como el corazón.
Acudiendo a explicaciones de la Clínica Universidad de Navarra, existen tres variables clave para mantener la salud cardiovascular y son: dieta, ejercicio físico y control de estrés.
De igual manera, se detalla que la alimentación es el factor más esencial para la salud del corazón y demás, manteniendo el equilibrio de lo que se consume en el día a día.
En la línea de la alimentación, existen productos a los que se les adjudica la posibilidad de ser anticoagulantes y, por ende, contribuyen al organismo, puntualmente al corazón.
Son varios los alimentos anticoagulantes que hay para la salud cardiovascular, pero entre los favoritos figura el ajo.
Antes de hablar sobre las propiedades del ajo, el Instituto Nacional del Cáncer en Estados Unidos define a un anticoagulante como: “Sustancia que se usa para prevenir y tratar los coágulos de sangre en los vasos sanguíneos y el corazón. También se llama diluyente de la sangre”.
En ese orden de ideas, existen postulados científicos que sostienen la premisa de que el ajo tiene la cualidad de ser un anticoagulante natural.
Ajo y su impacto en la salud cardiovascular
Teniendo en cuenta información del portal especializado Medical News Today, al ajo se le suman propiedades antibióticas y antimicrobianas que ayudan al organismo.
De hecho, cuando se consume en polvo, no se descarta la posibilidad de que el ajo actúe como un agente contra los trombos, lo que da pie para decir que reduce la formación de los coágulos en la sangre.
Una investigación publicada en Elsevier de Países Bajos, curadores de contenido científico, técnico y médico, relata que el ajo contiene numerosos componentes activos antioxidantes.
En el estudio elaborado por la farmacéutica profesional Tránsito López Luengo se indica que desde hace años los colegas científicos han concluido que el ajo sirve “para inhibir la formación de radicales libres, refuerzan el mecanismo de captación de radicales endógenos y aumentan las enzimas antioxidantes celulares”.
Ahora bien, en lo que respecta a la capacidad anticoagulante del alimento que es muy popular en las cocinas, para darle un característico sabor a varias preparaciones culinarias, la misma investigación contempla que “el ajo puede intensificar los efectos de los anticoagulantes, como la heparina o warfarina, y de los antiagregantes plaquetarios”.
La heparina es inyectable. Expertos de Estados Unidos precisan que se usa para prevenir la formación de coágulos en la sangre.
No obstante, el postulado de las propiedades farmacológicas e indicaciones terapéuticas del ajo también enfatiza que como este alimento puede que intensifique los efectos anticoagulantes, no se descarta la premisa de que provoque hemorragias.
Así las cosas, sea cual sea la causa por la que se consuma el ajo, lo más certero es consultar con médicos especialistas por el hecho de que “resulta prudente dejar de tomar dosis elevadas de este producto unos 10 días antes de una intervención quirúrgica”, según la mencionada publicación del estudio que también se encuentra en la revista de periodismo científico Offarm.
Referencias
- Cuidar nuestra salud cardiovascular. Clínica Universidad de Navarra.
- Anticoagulante. Instituto Nacional del Cáncer.
- Anticoagulantes naturales para la salud del corazón. Medical News Today.
- El ajo. Propiedades farmacológicas e indicaciones terapéuticas. Elsevier.