La avena es un cereal que cuenta con alto contenido de calcio, proteína y fibra, según la Fundación Española de la Nutrición (FEN). En cuanto a los micronutrientes, la avena posee un alto contenido de hierro, magnesio, zinc, fósforo, tiamina (vitamina B1), vitamina B6 y folatos, además de ser fuente de potasio y vitamina E. Adicionalmente, puede reducir los niveles de azúcar en la sangre.
Sus componentes facilitan el tránsito intestinal y evitan el estreñimiento, así como la inflamación del estómago. También es un alimento que ayudaría a bajar de peso.
Una colección de revisiones publicadas en la revista científica British Journal of Nutrition, indica que este alimento es determinante en la mejora de la saciedad y la calidad de la dieta.
Según Medical News Today, los investigadores sugieren efectos potenciales que van desde una mejor salud inmunológica hasta la reducción del riesgo de obesidad y enfermedades crónicas. “La evidencia epidemiológica sugiere que el consumo regular de alimentos integrales puede estar relacionado con un índice de masa corporal (IMC) más bajo”, de acuerdo con lo afirmado por los investigadores, quienes concluyeron que comer avena ayudaría a reducir el hambre y aumentar la sensación de saciedad.
Además, su contenido de fibra ayuda a que el tracto gastrointestinal funcione sin problemas y como consecuencia se reduce la posibilidad de sufrir de estreñimiento.
Entre tanto, la Fundación Española del Corazón afirma que la avena ayuda a regular los niveles del colesterol: “los alimentos que contienen al menos 1 gramo de betaglucanos se puede decir que contribuyen a mantener niveles normales de colesterol sanguíneo, pero para obtener este beneficio es necesario consumir 3 gramos de betaglucanos al día, por lo menos”. El aporte de fibra de la avena reduce los niveles de glucosa después de haber comido.
Antioxidante
La avena contiene una variedad de moléculas que actúan como antioxidantes, entre ellas, las avenantramidas, que son polifenoles que se encuentran casi exclusivamente en este alimento, de acuerdo con información del portal Cuerpo Mente. Investigaciones científicas han determinado que estos componentes hacen que la avena sea especialmente beneficiosa para el sistema cardiovascular.
“Estos antioxidantes no solo combaten la oxidación celular, sino que tienen un efecto regulador de la presión arterial y un efecto antiinflamatorio. Esto se debe a que aumentan la producción de óxido nítrico, un gas que favorece la dilatación de los vasos sanguíneos”, precisa la citada fuente.
Las avenantramidas también ayudan a reducir la irritación de la piel. Según un estudio publicado en la revista académica Archives of Dermatological Research este efecto se debería a la acción antiinflamatoria de estas sustancias.
Aliada de la salud cardiovascular
Un artículo publicado en el American Journal of Lifestyle Medicine en 2008 evaluó una serie de estudios a lo largo de más de una década.
En el análisis los científicos descubrieron que comer alimentos ricos en fuentes de fibra soluble de avena integral (avena, salvado de avena y harina de avena) ayuda a reducir el riesgo de enfermedad coronaria.
“El consumo de avena y productos a base de avena reduce significativamente el colesterol total y las concentraciones de colesterol de lipoproteínas de baja densidad sin efectos adversos sobre las concentraciones de colesterol de lipoproteínas de alta densidad o triglicéridos”, precisa el portal Medical News Today, al citar una de las principales conclusiones del análisis.
Consejos para bajar de peso
El portal especializado Healthline dio una serie de consejos con los que es posible bajar de peso constantemente y de manera efectiva:
1. Evitar bebidas azucaradas: son aquellas que contienen azúcar añadida. Estas incluyen: refrescos, bebidas azucaradas de té y bebidas deportivas, energéticas y jugos. Las calorías en las bebidas azucaradas pueden contribuir al aumento de peso y proveen poco o ningún valor nutritivo.
2. Dormir bien: “cuando no se duerme lo suficiente, se puede sentir hambre incluso si se está lleno. La falta de sueño puede conducir a comer en exceso [...]. La consecuencia puede ser un aumento de peso, y dificultades para perderlo”, explica el medio Mejor con Salud.
3. Comer alimentos sin procesar: los alimentos mínimamente procesados conservan la mayor parte de sus propiedades físicas, químicas, sensoriales y nutricionales intrínsecas, y muchos de ellos son tan nutritivos como los alimentos sin procesar. Algunos ejemplos son la fruta cortada, la embolsada, las ensaladas de verduras y las frutas y verduras desecadas y congeladas.
4. Alimentación saludable: las frutas y las verduras son elementos primordiales para una alimentación saludable como el aprovechamiento de lácteos y/o productos bajos en grasas. De acuerdo con los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades también se deben incluir proteínas como las carnes, los huevos, las legumbres y hasta las semillas y nueces.
5. Comer un desayuno alto en proteínas: un estudio publicado en The FASEB Journal en 2012, encontró que un desayuno con la suficiente cantidad de proteínas mejora el control del apetito, así como la saciedad, y reduce el consumo de pasabocas y comida de paquete, que es poco saludable.
6. Beber agua: un estudio que se encuentra en el repositorio de la Librería Nacional de Medicina (NIH, por sus siglas en inglés) explica que el agua quema calorías y acelera el metabolismo, y aquellas personas que opten por ingerirla, deben optar por realizar ejercicio físico en casa.