De acuerdo con la Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos, MedlinePlus, el sistema digestivo trabaja en conjunto con los intestinos grueso, delgado, el estómago, el hígado, el páncreas y la vesícula biliar que “convierten los componentes nutritivos de los alimentos en energía y descomponen los no nutritivos en desechos para ser excretados”, indica en uno de sus informes.

Sin embargo, al igual que otros sistemas del cuerpo, presenta problemas que encuentran relación con los siguientes síntomas:

  • Hinchazón del estómago: según explica se debe a que el estómago se percibe lleno, es decir, distendido.
  • Estreñimiento: “se da cuando uno no está eliminando las heces con la frecuencia con la cual lo hace normalmente”, precisa. Lo que quiere decir que las heces tienden a ser más grumosas y secas, por lo que no es fácil su expulsión.
  • Diarrea: al contrario del estreñimiento, las heces suelen ser excretadas acuosas y ligeras.
  • Cálculos biliares: la Clínica Mayo señala que los cálculos biliares son acumulaciones de fluidos que pasan por el estómago y se forman en la vesícula. Los causantes de estos depósitos podrían estar relacionados con el colesterol, el exceso de bilirrubina o el mal funcionamiento del órgano.
  • Enfermedad del reflujo gastroesofágico (ERGE): MedlinePlus puntualiza que esta enfermedad “es una afección en la cual los contenidos estomacales se devuelven desde el estómago hacia el esófago” irritando el tubo de deglución.
Nadie está exento de sufrir acidez estomacal. | Foto: Getty Images

Entre los factores de riesgo para que se desarrolle el ERGE se encuentran el consumo de tabaco, la obesidad, la esclerodermia, la hernia de hiato, entre otros. Sin embargo, existen medicamentos que lo pueden provocar, como los fármacos dopaminérgicos, broncodilatadores y/o anticolinérgicos.

Aunque cada una de estas enfermedades necesita de su propio tratamiento, ciertamente la alimentación se ve involucrada para mejorar el tránsito intestinal.

El portal Hablemos del Campo asegura que el consumo de cereales integrales como la avena y el arroz e incluso las frutas o vegetales que se caracterizan por estar compuestas de fibra dietética, colaboran no solo con el bienestar del sistema digestivo, sino también con el peso corporal, la disminución del riesgo de diabetes y enfermedades cardíacas.

“La cantidad de fibra soluble e insoluble varía en los diferentes alimentos vegetales. Para obtener el mayor beneficio para la salud, come una amplia variedad de alimentos ricos en fibra”, sugiere el centro médico en su página oficial.

La avena tiene muchos usos. | Foto: Getty Images

Cereal que se debe consumir para el tránsito intestinal

Según la Fundación Española de la Nutrición (FEN) la avena es un alimento que ha sido parte de diferentes planes de alimentación en la antigüedad que, conocida como Avena Sativa, tiene la capacidad de reducir el colesterol y el azúcar de la sangre.

Igualmente, Tua Saúde en uno de sus artículos revisado por la nutricionista, Karla Leal, menciona que la avena tiene un efecto antioxidante que neutraliza los efectos de los radicales libres que incluso se encuentran relacionados con el envejecimiento prematuro.

Incluso comenta que pude favorecer el peso corporal, porque provoca una sensación de llenura que inhibe la ingesta de otro tipo de comidas, generando una mejora en la digestión y evitando un aumento de peso.

La avena está compuesta de fibras y vitaminas. | Foto: Getty Images

Al estar compuesto de fibras tiene la capacidad de estimular el tránsito intestinal, y, combatir el estreñimiento que, tal y como lo describe el National Institute of Diabetes and Digestive and Kidney Diseases (NIDDK) es “una afección en la cual la persona podría tener menos de tres evacuaciones a la semana”.

Asimismo, señala que este cereal integral puede contrarrestar el síndrome del intestino irritable, conocido también como colon irritable, porque promueve el movimiento de las heces e incluso procura el bienestar de la microbiota gracias al betaglucano.