Durante el confinamiento por la pandemia, muchas personas mayores han optado por mitigar la soledad a través de las llamadas telefónicas, las video llamadas, los mensajes de audio, entre otras posibilidades tecnológicas. Por supuesto, han sido útiles las sesiones por Zoom, en las que muchos abuelos han tenido la posibilidad de leerles cuentos a sus nietos o ayudarles con las tareas, entre otras actividades.
Lo común sería pensar que eso los ayuda a paliar el hecho de no poder ver a sus seres queridos, sobre todo cuando las cuarentenas han sido más severas. Sin embargo, un estudio realizado por expertos de Universidad de Lancaster, en Inglaterra, demostró que eso no es tan obvio.
El paso a la socialización en línea ha hecho que muchas personas mayores experimenten un mayor sentimiento de soledad y más impactos negativos en su salud mental, que aquellos que han optado por no buscar ningún tipo de contacto con nadie por ninguna vía.
Según le explicó a The Guardian el doctor Yang Hu, uno de los autores del estudio, el problema es que a aquellos adultos que no están muy familiarizados con la tecnología se les hace difícil aprender a cómo usarlos y eso se les convierte en una experiencia muy estresante. No obstante, incluso aquellos para quienes no era tan extraño el manejo de estas herramientas, su uso tan frecuente en el encierro terminó también por ser más lesivo para su estado emocional que sencillamente lidiar con el aislamiento y la falta de compañía.
El doctor Hu le explicó al periódico londinense que “el uso exhaustivo de los medios digitales también puede causar burnout o agotamiento mental. Los resultados son muy consistentes”.
El experimento, que fue publicado en la revista especializada Frontiers in Sociology, contó con la participación de 5148 personas mayores de 60 años en el Reino Unido y otras 1391 del mismo grupo de edad en Estados Unidos. Ellos respondieron una serie de preguntas desde antes del comienzo de la pandemia, en el momento más álgido de la crisis y cuando las restricciones empezaron a flexibilizarse.
Para el doctor Hu, además, “no se trata solo de la soledad, sino de que las personas en este rango etario están más deprimidas, más aisladas y se sienten más infelices como una consecuencia directa del contacto virtual”.
Hu, quien es sociólogo dedicado especialmente al tema de las relaciones, expone que la solución a este problema es establecer lugares en los que el contacto cara a cara sea seguro para los adultos mayores. También cree que hay que implementar planes de capacitación para estas personas. “Tenemos que equipar a los mayores con habilidades que les permitan usar la tecnología para la próxima vez que un desastre como este vuelva a pasar”, señaló el sociólogo.
La investigación es considerada como una de las primeras en abordar el tema de la interacción en los hogares y el bienestar durante la pandemia. De otra parte, ha servido para matizar el entusiasmo por un futuro regido solo por lo digital y la promesa de que la tecnología sería la respuesta a largo plazo para muchos problemas de comunicación que suelen venir con la edad para los veteranos.
El trabajo de la Universidad de Lancaster fue bien recibido por organizaciones que trabajan por la tercera edad. Una de ellas es Age UK, del Reino Unido, cuya directora, Caroline Abrahams le dijo al diario The Guardian que “no está de más recordar que la soledad puede matar, en el sentido de que mina la resiliencia hacia todo tipo de amenazas para la salud”. Esta situación, de igual modo, puede hacer perder la esperanza a aquellos que atraviesan por el ocaso de la vida, así que pueden sentir que no tienen razones para seguir viviendo, añadió Abrahams.