El panorama actual en el que vive la sociedad, como el conflicto entre Rusia y Ucrania, las próximas elecciones (en el caso de Colombia), la pobreza en el mundo y la falta de trabajo, puede llevar a las personas a sufrir de ataques de pánico o ansiedad mental.

Además, no es extraño que algunos se sientan frustrados o enojados, pero, ¿podría servir de algo gritar? Sí, gritar desde los techos (o contra la almohada) puede ser un gran alivio, especialmente cuando los problemas que se enfrentan parecen tan grandes que a veces la gente no sabe cómo empezar a solucionarlos.

Tiene mucho que ver con el seguimiento de las emociones que las personas sienten. Al igual que llorar o reír puede proporcionar una oleada de calma en momentos de tristeza o alegría, un buen grito puede brindar un alivio temporal de la ira y la frustración, según el portal GrandesMedios, en su sección de salud y bienestar.

El psicoterapeuta estadounidense Avi Klein señala que “cada emoción que sentimos tiene una especie de acción correlativa que la acompaña. Se siente realmente bien o incluso saludable descargar esa emoción”.

Un buen grito puede brindar un alivio temporal de la ira y la frustración,

Descargar los sentimientos, ya sea a través de una charla con el mejor amigo o la liberación de un pequeño grito más cordial desde el balcón, es una forma buena y probada de liberar la tensión, según afirma John Norcross, profesor de psicología en la Universidad de Scranton. “Es como levantar la tapa de una olla con agua hirviendo antes de que hierva”.

Darle una voz a todo ese dolor puede ser realmente útil, especialmente si las personas sienten que están a punto de estallar. “En esos momentos en los que sientes que puedes perder la calma con un compañero de trabajo o un miembro de la familia, desahogar un poco de “vapor” puede permitirte continuar con tu día sin causar una escena problemática”, añade Norcross.

Cabe recordar que en los años 60 y 70, la terapia del “grito primordial” estaba de moda entre personajes tan reconocidos como Yoko Ono y John Lennon. Consistía en abordar los problemas psicológicos simplemente sacándolos de su sistema. Pero al igual que el ejemplo de levantar la tapa de la olla de agua hirviendo, gritar solo ofrece una liberación a corto plazo.

“Creo que la gente se equivoca y asume que si simplemente lo deja salir, no tendrá que hacer nada más. Si eres condescendiente en tu vida pero estás rompiendo platos en otros lugares, no creo que eso sea de gran ayuda”, indica Klein.

Sin embargo, tampoco es recomendable gritar todo el tiempo, hay que averiguar qué problemas están provocando esas emociones difíciles y trabajar para encontrar algunos mecanismos de afrontamiento más saludables para resolverlos.

Por ejemplo, si se siente enojo y frustración porque las otras personas ignoran sus deseos o no escuchan, “la práctica de tácticas de afirmación saludables probablemente te dará mejores resultados a largo plazo, más que voltear una mesa”, según el portal Mayo Clinic.

No obstante, esto no quiere decir que un “cambio de mesa” metafórico en la privacidad del propio hogar no pueda ayudar a brindar la tranquilidad que se necesita para concentrarse en el panorama general.

Si bien se debe pensar en que el acto de gritar y ventilar, es más como una especie de ‘curita para las heridas’, que como una cura mágica y a largo plazo. Definitivamente puede hacer que las personas se sientan mejor, pero aún queda trabajo por hacer una vez que el ruido se desvanezca.

Por esta razón, la próxima vez que alguien sienta que está a punto de estallar y desbordarse, no hay que tenerle miedo de expresarlo fuerte y al viento. Pero una vez que las personas sientas un poco de alivio, su siguiente paso será comenzar a hacer el verdadero trabajo.