Para hablar del colesterol alto y la diabetes se debe comprender que para ambas afectaciones de la salud el ejercicio y los buenos hábitos alimenticios juegan un papel fundamental, ya que la dieta balanceada ayuda a contrarrestar sus efectos negativos.
Para empezar, el colesterol es una molécula vital para el buen funcionamiento del cuerpo y se destaca de las sustancias importantes porque, además de tener una composición parecida a la grasa, esta puede ayudar a la producción de hormonas, de vitamina D y de sustancias que ayuden a digerir los alimentos.
Ahora bien, para lograr comprender el comportamiento de esta molécula en el organismo es muy importante destacar que debe existir un cuidado y control sobre los niveles de este componente, más cuando se trata del colesterol malo, teniendo en cuenta que su alta concentración en las vías sanguíneas puede llegar a causar complicaciones de salud como enfermedades cardiovasculares y episodios como infartos.
Ante esto, el sitio especializado, el portal Mejor con Salud informó que en el momento cuando el colesterol malo está en niveles altos hay maneras de ayudar a controlar y a bajar estos niveles si la persona cambia y adquiere disciplina, modificando sus hábitos y volviéndolos saludables, tales como tener una dieta baja en grasas saturadas, rica en frutas y vegetales, a la par de una buena rutina de ejercicio.
Por su parte, la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos (Medline Plus) indicó que hay dos tipos colesterol. El LDL que se le conoce como malo y se acumula en las arterias formando una placa que bloquea el flujo de sangre al cerebro. Y el colesterol HDL conocido como el bueno, es el que recoge el colesterol LDL y lo lleva al hígado para ser procesado.
Entendiendo esto, el colesterol malo y su alta concentración puede causar exceso de acumulación de sí mismo en las paredes de las venas y arterias, provocando una de las enfermedades cardiovasculares más letales, la ateroesclerosis.
No obstante, allí es donde el colesterol bueno juega un rol muy importante, ya que este tiene como una de sus funciones primordiales el poder retirar o remover dichas moléculas de colesterol malo. Seguido de esto, el HDL se encarga de transportar el LDL para el hígado, para que la sustancia no se acumule en venas y arterias y sea expulsado del cuerpo.
Por otro lado, se encuentra la diabetes, una enfermedad donde el nivel de azúcar en la sangre (glucosa) juega un rol primordial, ya que si este se eleva se produce esta enfermedad. Según el Ministerio de Salud de Colombia, 3 de cada 100 ciudadanos tienen diabetes y debido a que es una enfermedad que tiene varios tipos, sus tratamientos son diferentes.
En las personas que padecen diabetes el cuerpo no produce suficiente insulina, hormona generada por el páncreas, indispensable para transformar la glucosa (también conocida como azúcar) de los alimentos que se comen en energía.
Cabe resaltar que cuando una persona sufre de diabetes, es importante que mantenga el azúcar en un nivel determinado y que acuda frecuentemente al médico.
Ante este panorama y al ver que una dieta balanceada es importante para no padecer ambas complicaciones de salud, el consumo de alimentos que sean ricos en fibra, antioxidantes, vitaminas o ácidos grasos, como lo es noni, un fruto tropical de los más completos y gracias a sus propiedades hay enormes beneficios para el organismo.
Esta fruta ayuda a mejorar el sistema inmunológico, favorece la producción de triglicéridos, controla el nivel del colesterol en el organismo y ayuda a regular el azúcar en la sangre.
Cabe recordar que la información suministrada en el contenido anterior no sustituye la asesoría médica y por su lado, es mejor que puede es hacer consultar a un experto de la salud.
Por su parte, otros consejos para bajar el colesterol y regular la diabetes son:
1. No fumar ni consumir tabaco: las sustancias químicas del tabaco pueden dañar el corazón y los vasos sanguíneos. El humo del cigarrillo reduce el oxígeno en la sangre, lo que aumenta la presión arterial y la frecuencia cardíaca, porque el corazón tiene que esforzarse más para suministrar suficiente oxígeno al organismo y al cerebro.
2. Hacer ejercicio con regularidad: lo ideal es seguir las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) que sugieren por lo menos de 150 a 300 minutos de actividad física aeróbica de intensidad moderada o vigorosa por semana para todos los adultos, incluidas las personas que viven con afecciones crónicas o discapacidad, y un promedio de 60 minutos al día para los niños y adolescentes.
3. Beber alcohol con moderación: para los adultos sanos, esto significa hasta una copa por día para las mujeres de todas las edades y para los hombres mayores de 65 años, y hasta dos copas por día para los hombres menores de 65 años.
4. Tener una alimentación saludable y tener en cuenta que se debe:
- Reducir las grasas saturadas. Las grasas saturadas, que se encuentran principalmente en las carnes rojas y los productos lácteos enteros, aumentan el colesterol total.
- Eliminar las grasas trans. Las grasas trans, que a veces figuran en las etiquetas de los alimentos como “aceite vegetal parcialmente hidrogenado”, se utilizan a menudo en margarinas y galletas, galletitas saladas y pasteles comprados en tiendas.
- Comer alimentos ricos en ácidos grasos omega-3. Los ácidos grasos omega-3 no afectan el colesterol LDL, pero tienen otros beneficios para la salud del corazón, entre ellos la disminución de la presión arterial. Los alimentos con ácidos grasos omega-3 incluyen el salmón, la caballa, el arenque y las nueces.