La presión arterial es una medición de la fuerza ejercida contra las paredes de las arterias a medida que el corazón bombea sangre a su cuerpo. Hipertensión es el término médico que se utiliza para describir la presión arterial alta.
Ahora bien, recientemente, un grupo de investigadores de la Facultad de Medicina Lewis Katz de la Universidad de Temple (Filadelfia, EE. UU.) ha hallado una alternativa no farmacológica que ha demostrado efectos muy positivos en la gestión de esta enfermedad. Se trata de un concentrado de la ciruela japonesa (Prunus mume), un zumo cuyo consumo es muy elevado en los países asiáticos, no solo en Japón.
Allí, de hecho, se promociona desde años como un alimento saludable. Pero, hasta ahora, ningún estudio occidental había podido probar sus beneficios para el corazón.
Las investigaciones demuestran que una persona con hipertensión tiene un mayor riesgo de desarrollar otras enfermedades cardiovasculares, como ictus, insuficiencia cardiaca, fibrilación auricular y cardiopatía coronaria. Los avances en los tratamientos son significativos, pero incluso los pacientes que se sujeta a ellos tienen un alto riesgo de morir por infarto cardíaco o accidente cerebrovascular.
El nuevo estudio, publicado en Hypertension Research, afirma que el concentrado de este fruto, también conocido como albaricoque japonés o “ume”, por su forma tradicional en Japón, puede ayudar a reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares en personas con hipertensión. E, incluso, ayudar a prevenirla en personas que no la padecen.
Los investigadores afirman que este trabajo se vio impulsada por la necesidad de terapias alternativas a los medicamentos para la hipertensión, que por sí solos no son eficaces para reducir el riesgo de enfermedad cardiovascular. Por ello, se interesaron por analizar un suplemento alternativo en concreto. El bainiku-ekisu, un concentrado de jugo de ciruela japonesa, consumido en Japón desde hace milenios.
El Dr. Satoru Eguchi, investigador especializado en trombosis, enfermedades cardiovasculares y metabólicas, y autor principal de este estudio, explica al medio especializado Medical News Today que “los tratamientos actuales son insuficientes para normalizar el riesgo de muerte por enfermedad cardiovascular e incidencias como el infarto de miocardio o el ictus incluso aunque consigan normalizan la presión arterial”.
Los investigadores ya habían realizado experimentos anteriores realizados en células musculares lisas de los vasos sanguíneos, que demostraron que el bainiku-ekisu ayudaba a obstaculizar las señales promotoras del crecimiento causadas por la angiotensina II, una hormona circulatoria que desempeñar un papel vital en el desarrollo de la hipertensión.
“Nuestro trabajo demostró que el bainiku-ekisu atenuaba la señalización y la función de la angiotensina II en células vasculares cultivadas. Todos los demás extractos de frutas resultaron negativos para alterar los efectos de la angiotensina en estas células”, afirma el Dr. Eguchi. Sin embargo, sus resultados fueron limitados. Así pues, trasladaron su hipótesis a un experimento in vivo, que es el que se publica ahora.
Así, el Dr. Eguchi y el Dr. Hirotoshi Utsunomiya, profesor de la Universidad de Rehabilitación de Osaka Kawasaki de Japón y también coautor del informe, usaron modelos de ratón. Los animales recibieron infusiones de angiotensina II para inducir hipertensión y, posteriormente, un grupo de ratones recibió agua corriente y otro grupo recibió agua con bainiku-ekisu.
Los ratones que recibieron el jugo no desarrollaron hipertensión. Además, el análisis de tejidos indicó que el suplemento protegía la vasculatura de los efectos de la angiotensina II. Por ejemplo, la hipertrofia de la arteria aorta fue mínima, mientras que el grupo de control sí sufrió un agrandamiento y engrosamiento de su principal arteria.
Asimismo, el bainiku-ekisu también atenuó el número de células inmunes, las cuales se han relacionado con los procesos inflamatorios asociados a la hipertensión.
Los experimentos de los investigadores a nivel celular también mostraron que el bainiku-ekisu previene el cambio metabólico asociado a la hipertensión, mitigando los cambios metabólicos dañinos asociados al engrosamiento celular, como inflamación, rigidez vascular y, potencialmente, el desarrollo de enfermedades cardiovasculares más graves.
“Nuestros experimentos con animales sugieren que el bainiku-ekisu puede reducir la presión arterial en pacientes con hipertensión”, concluye el Dr. Eguchi.
Además, afirma que “es seguro combinarlo con la terapia actual” y que “también puede ayudar a reducir (la) cantidad de fármaco necesaria para mantener una presión arterial normal”. Además, “tomar bainiku-ekisu puede prevenir (el desarrollo de) complicaciones asociadas a la hipertensión, como el infarto de miocardio y el ictus”, añade.
Cabe resaltar que antes de realizar cambios significativos en nuestra dieta diaria, especialmente aquellos que pueden influir en nuestra medicación, debemos siempre consultar con un especialista médico.