Los beneficios de los frutos secos para la salud son ampliamente reconocidos debido a su contenido en proteínas y grasas saludables. Estos alimentos también pueden ayudar a promover una sensación de saciedad, lo que potencialmente puede contribuir a controlar el apetito y favorecer la gestión del peso corporal.
Una investigación reciente realizada por la Universidad de Australia del Sur (UniSA) ha revelado que “las personas que incorporaron almendras en su dieta experimentaron mejoras en los niveles de hormonas que regulan el apetito, en comparación con aquellas que consumieron una barra rica en carbohidratos. Este estudio, que recibió financiamiento de la Junta de Almendras de California, fue publicado recientemente en el European Journal of Nutrition y ha sido difundido por medios de todo el mundo.
¿Cómo se hizo el estudio sobre las almendras?
Para llevar a cabo este estudio, los investigadores utilizaron la medida de la ingesta de energía en kilojulios (kJ), donde una caloría equivale a cuatro kilojulios. La investigación incluyó a 140 adultos de entre 25 y 65 años que presentaban sobrepeso u obesidad.
Los participantes fueron sometidos a un ayuno nocturno y, posteriormente, se les asignó, aleatoriamente, un refrigerio: 68 de ellos recibieron almendras, mientras que los otros 72 recibieron una barra, con una cantidad similar de calorías provenientes de carbohidratos.
Después de evaluar los cambios en las hormonas de los participantes, se les consultó sobre su percepción de apetito en intervalos de 30 minutos, una hora, 90 minutos y dos horas después de consumir el refrigerio. Además, se ofreció un bufé libre a 97 de los participantes, de los cuales 49 habían ingerido almendras y 48 habían consumido la barra rica en carbohidratos.
En este bufé, a los participantes se les permitió comer libremente durante 30 minutos y se les preguntó de inmediato sobre su sensación de apetito. Los resultados del estudio no revelaron diferencias significativas en la cantidad de calorías consumidas entre aquellos que habían ingerido almendras y los que habían consumido la barra rica en carbohidratos.
Cambios en las hormonas del hambre
Según el estudio, se observó que la merienda de almendras tuvo un impacto significativo en varias hormonas relacionadas con el apetito. Específicamente, las respuestas del péptido C disminuyeron en un 47 % en el grupo que consumió almendras. Este péptido refleja la cantidad de insulina producida por el páncreas, y niveles más bajos de péptido C pueden mejorar la sensibilidad a la insulina, lo que reduce la probabilidad de desarrollar diabetes y enfermedades cardiovasculares (ECV), según se informa en el estudio.
Además, otras hormonas relacionadas con la glucosa, que tienen un efecto supresor sobre el apetito, aumentaron en los consumidores de almendras. Por ejemplo, los niveles de glucagón, que contribuyen a la sensación de saciedad, aumentaron en un 39 %. Las respuestas de los polipéptidos pancreáticos, que ralentizan la digestión y, por lo tanto, reducen el consumo de alimentos, aumentaron en un 45 %. También se observó un aumento del 18 % en los niveles del polipéptido insulinotrópico, dependiente de la glucosa, que regula el peso corporal y la ingesta de alimentos de una persona, según revela la investigación.
Es importante destacar que este efecto beneficioso en las hormonas del apetito no es exclusivo de las almendras, ya que investigaciones previas han demostrado que el consumo de nueces o pistachos produce resultados similares en la regulación de estas hormonas.
Conclusiones sobre el estudio
A pesar de que los participantes del estudio no reportaron una sensación consciente de menos hambre, los autores del estudio no consideran que esto sea sorprendente. Según la responsable del estudio, Coates, hasta ahora solo unos pocos estudios habían investigado el impacto del consumo de frutos secos en el control del apetito, y no todos habían informado consistentemente sobre los efectos positivos de las nueces en las hormonas que regulan el mismo. Esto podría deberse a las diferencias en el diseño de los estudios y en la salud general de los participantes.
Por su parte, el portal thefoodtech.com señaló que “las personas con sobrepeso u obesidad pueden desarrollar resistencia a las hormonas que regulan el apetito, lo que significa que pueden experimentar una falta de alineación entre las señales hormonales y su percepción consciente del hambre”.
En última instancia, el apetito es un proceso complejo y los matices en los hallazgos del estudio subrayan la necesidad de una observación más detenida de los niveles hormonales y otros factores que influyen en el hambre y las elecciones alimentarias de las personas.