Las almendras son una excelente fuente de proteínas, ácidos grasos monoinsaturados, ácidos grasos insaturados, fibra, calcio, fósforo, magnesio, hierro, zinc, potasio, vitamina E, riboflavina, tiamina, niacina y folatos, lo que convierte a este fruto seco en un alimento con gran valor nutricional, según publica la Fundación Española de Nutrición.
Precisamente por su grandes propiedades, un estudio de la Universidad Estatal de Pensilvania y publicado en The Journal of Nutrition, asegura que las almendras ayudan a elevar el colesterol bueno y además a bajar esos kilos de más.
Esto debido a que las almendras están compuestas de ácidos grasos polliinsaturados.
“Debido a que más de la mitad de sus grasas son saludables (65 % monoinsaturadas, 26 % poliinsaturadas) y menos del 10 % son grasas saturadas, su consumo ayuda a reducir el colesterol malo (LDL) de la sangre, lo que también disminuye el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares.”, tambien reseña el portal Gastrolab.
La almendra también se caracteriza por ser un complemento ideal para las personas que están en procesos de pérdida de peso, debido a que las almendras tienen un efecto saciante, el cual ayuda a regular el apetito.
Una investigación publicada en la revista European Journal of Clinical Nutrition descubrió que “los participantes que comieron un puñado de almendras todos los días experimentaron una reducción de la sensación de hambre sin aumentar su peso corporal. Y son aptas para todos porque al contener un bajo índice glucémico son indicadas para personas con diabetes”, reseña el portal La Vanguardia.
Expertos de la Fundación Española del Corazón indican que “lo recomendable es consumir de 3 a 7 raciones de almendra a la semana, teniendo en cuenta que una ración está formada por 20-30 gramos”. Asimismo, hacen hincapié en que lo ideal sería tomarlos al natural (sin salar, freír, ni tostar).
Otro de los beneficios de las almendras es que al ser rico en proteínas y minerales, concretamente por el calcio y magnesio, su consumo le hace bien a las mujeres en el proceso de gestación, además de ser un estimulante de leche materna.
De la mano con este último aspecto, las almendras son una alternativa a los lácteos. La cantidad de calcio, magnesio y fósforo en su composición ayudan a la formación y regeneración de huesos, función que también cumplen los lácteos. Las personas que son intolerantes a estos, pueden consumir estos frutos secos para no perder sus beneficios.
Frutos secos, grandes aliados de la memoria
De acuerdo con una investigación titulada Nueces y cerebro: Efectos de comer nueces en el cambio de las ondas cerebrales del electroencefalograma, desarrollada en la Universidad Loma Linda, Estados Unidos, el consumo de frutos secos, como nueces, almendras, pistachos y maní, estuvo asociado a un mejoramiento en los procesos cognitivos, en la memoria y en el estado de ánimo.
En línea con dicha investigación, otro estudio titulado Estado nutricional, organización de la red cerebral e inteligencia general, publicado en la Librería Nacional de Medicina de Estados Unidos, encontró que quienes consumían un puñado de almendras al día resolvían más acertadamente pruebas de memoria.
Investigadores estadounidenses también comprobaron que comer frutos secos de forma habitual fortalece las frecuencias de ondas cerebrales asociadas con la cognición, el aprendizaje, la memoria y otras funciones claves del cerebro.
Las almendras, los marañones, cacahuates, pistachos y nueces son frutos secos que permiten que las ondas cerebrales se alimenten con los nutrientes y beneficios que ofrecen para mejorar la memoria, según el portal de bienestar, Panoramaweb.