El alzhéimer es una condición que se asocia generalmente a la vejez, aunque no se presenta en todos los adultos mayores. Se trata del tipo más frecuente en el que se presenta la demencia, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, que se caracteriza por la pérdida gradual de las capacidades cerebrales.
Uno de los síntomas más evidentes del avance de esta enfermedad es la alteración en la memoria y el razonamiento cognitivo, ocasionando dificultad para que los pacientes entiendan el contexto en el que están. Con el tiempo, las personas que padecen esta condición pueden llegar a desconocerse a sí mismas y tener cambios drásticos de personalidad.
La Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos, MedlinePlus, detalla que todavía no se ha determinado alguna cura para esta enfermedad, por lo que las medidas que se pueden adoptar apuntan a la prevención y a aliviar la sintomatología que presentan los pacientes.
¿Se puede prevenir el alzhéimer?
Hay una serie de factores de riesgo para el desarrollo del alzhéimer que pueden ser controlados, con el propósito de prevenir el deterioro del cerebro y de sus funciones principales. En ese sentido, ajustar ciertos hábitos del estilo de vida pueden favorecer la reducción del peligro de padecer de demencia, tales como la alimentación y la actividad física.
De acuerdo con un artículo compartido por el Ministerio de Salud de Colombia, en la conmemoración del Día Mundial del Alzheimer de 2021, se ha encontrado que algunas prácticas pueden estimular la actividad cerebral y combatir el daño de este órgano vital a lo largo del tiempo.
Es más, hay estudios que apuntan a que las tareas más sencillas que son parte de la cotidianidad podrían contribuir a mitigar el riesgo de que se desarrolle el alzhéimer y otros tipos de demencia. Así lo demuestra un trabajo reseñado en el portal de difusión académica Science Daily, en el que se comprobó el efecto que podrían tener las labores de la casa en la protección de la capacidad del cerebro.
Dicho trabajo, publicado originalmente en la Academia Americana de Neurología, sugiere que algunos oficios del hogar, como lavar los platos, barrer, trapear o limpiar pueden ser beneficiosos, debido a que se activa el organismo para funcionar.
Para evaluar la incidencia de estas prácticas en la prevención del alzhéimer, se elaboró un estudio en el que participaron más de 500 mil adultos mayores de Reino Unido, quienes declararon no padecer ninguna clase de demencia. Haciéndoles el respectivo seguimiento a las actividades realizadas por los participantes del análisis y su estado de salud, se determinó la existencia de una relación entre ciertos hábitos y el desarrollo del alzhéimer.
Tras más de una década, un 1 % de los participantes, es decir 5.185 personas, declararon tener demencia. Al revisar los datos, se concluyó que quienes aseguraron que realizaban tareas cotidianas en el hogar tenían un 21 % menos de riesgo de desarrollar este tipo de demencia, frente a quienes no lo hacen.
Entre otras, se encontró que el ejercicio también tiene un efecto positivo para la conservación del estado del cerebro, ya que quienes afirmaron realizar actividad física de forma regular presentaron un 35 % menos de riesgo de padecer de alzhéimer.
Según Huan Song, autor del trabajo, indicó que este “ha encontrado que al participar con más frecuencia en actividades físicas y mentales saludables, las personas pueden reducir su riesgo de demencia”, aunque también aclara que hace falta mayor investigación para tener resultados más concluyentes.
El portal Mayo Clinic señala que hábitos que propician el bienestar general, como la reducción del tabaquismo y el consumo de alcohol pueden contribuir a mantener las capacidades cerebrales. También incide positivamente la regulación de sustancias nocivas para el sistema circulatorio, como el colesterol y la glucosa en sangre.
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