Tener un cerebro sano es muy importante si de tener una buena salud física y mental se trata. Es un hecho que cuando las personas empiezan a envejecer, este órgano cambia y la forma como cumple sus funciones también.
El deterioro cognitivo es una de las consecuencias más temidas del envejecimiento biológico, pues es una afección que es inevitable.
Las funciones del cerebro son múltiples. Por ejemplo, se encarga de controlar y regular la mayoría de funciones del cuerpo y de la mente. La mayoría de ellas son vitales, como respirar o regular el pulso cardíaco, pasando por el sueño, el hambre o la sed, hasta funciones superiores como el razonamiento, la memoria, la atención, el control de las emociones y el comportamiento.
Existen varias enfermedades que pueden afectar el cerebro y su aspecto cognitivo, una de las más comunes es la demencia. Esta afección -por lo general- se presenta en adultos mayores e 65 años y aunque puede iniciar como algo simple, con el paso del tiempo esta empeora.
Por ello, con el fin de prevenir la aparición de estas enfermedades de manera temprana, expertos han relacionado algunos trucos y hábitos que mejoran las funciones y conexiones cerebrales.
De acuerdo con investigadores del University College London, la autorreflexión es un buen ejercicio que ayuda a mejorar significativamente la cognición y la salud del cerebro. Los expertos señalaron que la autorreflexión diaria y por 10 minutos es suficiente.
Por otro lado, y de acuerdo a un artículo científico de la Escuela de Medicina de Harvard y publicado por Neuroméxico.org, hay algunos pasos que pueden ayudar a mantener la salud y vitalidad de este órgano:
1. Hacer ejercicio: La actividad física no solo ayuda a la salud general, sino que también es importante para mantener un cerebro sano, pues usar los músculos también ayuda a la mente. De igual forma, el ejercicio ayuda a mantener la presión arterial bajo control, mejora los niveles de colesterol en sangre, al igual que los del azúcar lo que incide directamente en el corazón y el cerebro.
2. Alimentación saludable: Una alimentación balanceada es clave. Hay estudios que indican que personas que llevan una dieta a base de frutas, vegetales, pescado, nueces, grasas instauradas y proteínas de origen vegetal son menos propensas a desarrollar deterioro cognitivo o demencia.
3. Controlar la presión arterial: Una presión arterial elevada en edades tempranas incrementa el riesgo de deterioro cognitivo. Empezar con estilos de vida saludables lo más temprano posible ayudará a mantener la presión arterial en niveles adecuados. Hacer ejercicio regularmente, limitar la ingesta de alcohol (dos bebidas pequeñas al día), aprender a manejar el estrés y mantener una dieta balanceada son clave.
4. Mejorar los niveles de azúcar en la sangre: La diabetes es un factor de riesgo importante para el desarrollo de demencia. Hacer ejercicio, mantener una dieta sana y un peso adecuado son claves tanto para la prevención como para el control de la diabetes.
5. Llevar hábitos de vida saludables: Para lograrlo es necesario no consumir alcohol, tabaco o drogas e intentar dormir como mínimo ocho horas diarias.
6.- Mejorar los niveles de colesterol: Los niveles elevados de colesterol LDL, conocido como colesterol malo, son un factor de riesgo para desarrollar demencia. Dieta sana, ejercicio, control de peso y no fumar ayudarán a lograr esta meta.
7. Cultivar la inteligencia emocional: Las personas con ansiedad, depresión, problemas para dormir o mentalmente y físicamente agotadas están propensas a tener resultados menos favorables en exámenes de habilidades mentales.
8. Conexiones sociales: Potenciar las relaciones sociales y afectivas evitando la incomunicación, el aislamiento social y el estrés, es un buen ejercicio para ayudar al cerebro, indica el portal Cuídate Plus.
Si bien no existe un camino garantizado para mantener una salud cerebral óptima, las recomendaciones descritas anteriormente son basadas en estudios hechos tanto en animales, como en humanos, por lo que sus efectos están probados.