Los expertos recomiendan mantener una dieta sana y equilibrada que incluya proteínas, carbohidratos en su estado natural, muchas frutas y verduras; además realizar actividad física de manera diaria para mantener todos los órganos del cuerpo en optimas condiciones. Los especialistas mencionan que no existe un alimento milagroso para curar las enfermedades neurológicas; sin embargo un buen plan de alimentación puede prevenirlas.

Según un estudio de la revista científica The Lancet, los buenos hábitos son determinantes para reducir el riesgo de padecer demencia. “La investigación explora los beneficios de construir una suerte de “reserva cognitiva” en el cerebro: fortalecer las conexiones cerebrales de tal manera que este órgano pueda seguir funcionando en la tercera edad a pesar del deterioro”, menciona la investigación.

Cabe mencionar que la demencia es una enfermedad cognitiva que altera la capacidad para recordar, pensar o tomar decisiones y puede repercutir de manera directa en la vida diaria de la persona que la padece.

Es importante mencionar que también existen enemigos de la salud del cerebro. Un artículo que fue publicado en la revista Nutrients en 2015 señala “que el exceso de energía puede perjudicar la condición, pero lo que es más importante, las dietas ricas en grasas o azúcar también pueden perjudicar la cognición”.

Según un estudio de la Universidad de Georgia, Estados Unidos, una caminata diaria puede traer grandes beneficios para combatir el envejecimiento cognitivo. El estudio revela que es importante realizar ejercicio sin necesidad de que sea intenso.

Actividad física | Foto: Getty Images

Marissa Gogniat, autora del estudio mencionó la importancia de ir incrementando el ejercicio teniendo presente la edad y la resistencia física. “No es una cuestión de hacer todo el ejercicio físico posible, sino de realizar un incremento regular en los ejercicios que se realizan, los cuales pueden ser útiles para la salud cerebral y mantener más independencia a medida que se envejece.”

Para esta investigación se midió el estado corporal y la actividad física de 51 adultos de edad avanzada. Las habilidades cognitivas se midieron mediante pruebas de funcionamiento cognitivo mientras que la función cerebral se midió por medio de resonancia magnéticas.

La actividad física se midió por medio de un dispositivo en el que se contabilizaron los pasos y la distancia recorrida. El estudio arrojó que el funcionamiento de la red cerebral mejora con la actividad física. “Siempre se ha dicho que es bueno hacer ejercicio, pero creo que esta es una evidencia de que el ejercicio en realidad puede cambiar tu cerebro”, expresó Gogniat. “Y eso afecta la forma en que puede funcionar en su vida diaria”, añadió.

Además los resultados de esta investigación son “emocionantes porque nos dan alguna evidencia de que cuando las personas, cuyas redes cerebrales no funcionan de manera óptima, participan en la actividad física vemos una mejora en su función ejecutiva y su independencia”.

La especialista le recomendó a todas las personas empezar a implementar en sus hábitos el ejercicio así sea de a pocos. “No estamos diciendo que necesitas cambiar radicalmente tu vida. Tal vez solo subir las escaleras de camino al trabajo”.