La exposición indebida al sol, los malos hábitos de vida, la contaminación ambiental y la falta de ejercicio físico son algunos factores que inciden para que se presente envejecimiento prematuro en las personas.
Una alimentación poco equilibrada y rica en grasas y azúcares, los bajos niveles de colágeno en el cuerpo y la falta de descanso, entre otros aspectos, juegan un papel protagónico en este proceso. De igual forma, el estrés es determinante.
Cuando las emociones negativas se imponen de manera frecuente, la salud, a nivel general, se resiente. Aunque no existen evidencias científicas suficientes que lo avalen, se cree que cuando una persona se estresa de forma permanente, esto podría afectar a la salud de la piel y de otras partes del cuerpo, precisa información de la revista Mejor con Salud.
Según el portal Salud Mapfre, los especialistas definen el envejecimiento como las transformaciones físicas, metabólicas, mentales y funcionales que se producen a lo largo del tiempo. Es un proceso continuo, irreversible e inevitable.
En el caso específico de la piel, los cambios biológicos comienzan a notarse alrededor de los 40 años con el desarrollo de pequeñas arrugas que, poco a poco, se irán haciendo más visibles. Estos signos de edad son consecuencia de la disminución hormonal que afecta a las células de la piel y a la producción de colágeno y elastina.
Y aunque se trata de un proceso natural que llegará así no se quiera y trate de evitarse, lo cierto es que hay algunos aspectos que lo aceleran y uno de ellos es precisamente una alimentación inadecuada y dentro de la misma hay productos que se consumen a diario y que tienen un gran peso en este proceso.
El efecto del azúcar en el envejecimiento
Uno de ellos es el azúcar. Este componente provoca glicación, un proceso químico que origina sustancias tóxicas relacionadas con el envejecimiento acelerado.
Un artículo de la revista Mujer Hoy, explica que cuando el azúcar se une a determinadas proteínas, genera sustancias nocivas que afectan a la elástica y el colágeno, que se encargan de mantener una piel lozana y saludable. Cuando esto ocurre, los tejidos de la piel se vuelven débiles y quebradizos, promoviendo la aparición de arrugas, flacidez en la piel e inflamación del cuerpo.
El daño que ocasiona el azúcar al organismo va más allá de generar obesidad o causar diabetes. Su ingesta en exceso cobra importancia debido a la labor que desarrolla el colágeno también en los huesos, articulaciones, músculos y corazón, además de la piel. Una dieta rica en azúcares provoca arrugas, problemas renales y enfermedades cardiovasculares.
Por estas razones, los expertos recomiendan evitar este componente en la dieta y recurrir a los productos naturales, evitando alimentos procesados que en muchas oportunidades no solo tienen elevados niveles de azúcar, sino también de grasa.
Otros hábitos que hacen envejecer de forma prematura
1. Fumar: Estudios publicados por la Biblioteca Nacional de Medicina y los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos, afirman que fumar cigarrillos restringe el flujo de sangre pura y de oxígeno necesarios para el rejuvenecimiento de las células de la piel, por lo que le quita al rostro nutrientes vitales.
2. No dormir bien: Dormir pocas horas provoca ojeras, pero además afecta la piel. Las células de la epidermis tienen un ritmo circadiano, al igual que el sueño, de manera que si la persona no duerme lo suficiente, esas células no se reponen de las afectaciones del día.
3. Mucho maquillaje: El maquillaje permite lucir una mejor piel, sin embargo, su uso excesivo acarrea consecuencias negativas para la salud cutánea, según afirma un estudio realizado por la Universidad de Salento (Italia).
4. Falta de protección solar: La exposición a los rayos ultravioleta es la principal causa del envejecimiento. Por esta razón, la recomendación de los expertos es siempre utilizar un protector solar con un índice de protección entre 30 y 50 cuando se esté al aire libre.
5. No alimentarse bien: Dentro de los hábitos que envejecen está la mala alimentación. Los nutrientes que se obtienen de los alimentos son esenciales para tener una piel saludable y joven por más tiempo.
6. No hidratarse bien: El agua es clave para mantener el equilibrio interno y la función de los tejidos de la piel, por eso el consumo mínimo diario debe ser de dos litros de este líquido.