La zanahoria es una de las hortalizas más producidas y consumidas en el mundo. Se destaca por su composición de betacaroteno, que el organismo convierte en vitamina A o retinol, lo que le confiere un poder antioxidante con beneficios probados en la regeneración celular, especialmente en la piel y en los ojos, según el diario La Vanguardia.

A su vez, la zanahoria también contiene una gran cantidad de fibra, que mejora el movimiento intestinal y aumenta el volumen de las heces, con lo que ayuda a la función gastrointestinal. Incluso reduce la probabilidad de sufrir estreñimiento ocasional, según el portal especializado en salud Cuerpo y Mente.

De hecho, si se come cruda, favorece la producción de saliva y jugos gástricos, con lo que facilita la digestión. Por eso, la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda su consumo por la cantidad de vitaminas y minerales, hasta el punto de considerarla como prioritaria en la dieta.

En cuanto al sistema digestivo, la zanahoria renueva la flora intestinal, ayuda a la digestión por su gran cantidad de agua, aumenta la producción de saliva, previene la acidez estomacal y la formación de úlceras.

En este aspecto es ideal para combatir el estreñimiento, gracias a que su alto contenido de fibra se mantiene al no ser cocida. Si se padece de diarrea, lo ideal es cocinarla para activar sus propiedades astringentes.

Para preparar la piel para el bronceado se debe beber jugo de zanahoria una vez al día, 30 minutos antes de consumir el desayuno, durante una semana o 15 días antes de exponerte al sol. (Lance McMillan/Toronto Star via Getty Images) | Foto: Getty Images
Esta bebida ayuda a bajar de peso durante la noche. | Foto: Semana

Los especialistas dicen que se debe comer la zanahoria en ayunas, y puede ser tan solo un pequeño trozo. Por su parte, el blog de Saber Vivir añade que la zanahoria es un alimento versátil y hay quienes la utilizan para preparar mascarillas para la piel; de hecho, hay estudios que indican que este producto natural es refrescante para el cutis y retrasa los signos de la vejez.

la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda su consumo por la cantidad de vitaminas y minerales, hasta el punto de considerarla como prioritaria en la dieta. | Foto: Enn Li Photography

Receta y recomendaciones de consumo

Para aprovechar los beneficios del jugo de zanahoria se recomienda prepararlo con zanahorias frescas y orgánicas. Se puede utilizar una licuadora o un extractor de jugos para obtener el jugo puro de las zanahorias. Se sugiere beber de 1 a 2 vasos de jugo de zanahoria al día, preferiblemente con el estómago vacío o entre comidas para una mejor absorción de nutrientes.

Ingredientes:
  • 5 zanahorias grandes.
  • 1 limón exprimido.
  • 4 cucharadas de miel.
  • Agua.
Preparación:

1. Alistar los ingredientes. Limpiar cada uno de ellos y lavar muy bien las zanahorias.

2. Pelar las zanahorias y cortarlas en varios trozos y hervirlas en agua durante unos minutos hasta que las zanahorias estén blandas.

3. Dejar reposar las zanahorias hasta que la mezcla este fría.

4. Luego, machacar las zanahorias y añadir el zumo de limón.

5. Finalmente, batirlo bien hasta integrar los ingredientes y guardarlo en un envase de vidrio.

Recomendaciones para una buena digestión

El sitio web Farma 13 explica que entre las molestias más frecuentes que muchas personas tienen por su mala digestión se encuentra el estreñimiento, pero este y otros trastornos no se mejoran únicamente con remedios, sino que se debe atender a los hábitos como:

1. Comer despacio: los conocedores del tema detallan que a la hora de comer se debe masticar bien los alimentos y evitar la ansiedad en la mesa. Asimismo, ingerir alimentos con tiempo da mayor sensación de saciedad, mientras favorece el proceso digestivo para prevenir molestias como la pesadez y la llenura, según Asana.

2. Tomar agua: la recomendación es consumir este líquido natural todos los días, pues el agua se puede adherir a las fibras de algunos alimentos y favorecer el tránsito intestinal para evacuar el vientre.

3. Lavarse las manos: aunque este hábito no está directamente relacionado con la ingesta, el citado sitio web farmacéutico detalla que se debe lavar las manos antes de cocinar y consumir los alimentos. Con esta práctica, se evitan enfermedades del estómago por bacterias.

“Algunas de las diarreas y dolores de estómago están causadas por una mala higiene de las manos”, añaden.

4. Incluir alimentos fermentados: aparte de las recomendaciones que hace la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) sobre la incorporación de frutas y verduras a una dieta diaria, también se encuentran los alimentos fermentados.

Lo que hace especiales a esta categoría de alimentos es que han sido alterados por microbios. Por ende, tienen lactobacilos: un tipo de bacterias buenas para la salud.

De acuerdo con Farma 13, productos como yogur natural, kimchi, chucrut, kéfir, kombucha, tempeh, son fermentados y se aconsejan para tener una buena digestión.

5. Ejercicio: este hábito es un aliado infaltable para cuidar el cuerpo a grandes rasgos. En el caso de la salud digestiva, cuando una persona es sedentaria, tiende a padecer sobrepeso que puede pasar a un diagnóstico de obesidad, enfermedad catalogada por la OMS como una epidemia.