El consumo de alcohol no es algo de este siglo; por el contrario, esta bebida ha acompañado a los seres humanos desde la antigüedad, siendo un elemento presente en rituales y los encuentros sociales.

Hoy sigue formando parte de la cultura, en diferentes presentaciones: en cerveza, vinos y alcoholes destilados como el ron, el vodka o la ginebra, estos últimos además se emplean en la preparación de diversos cócteles.

Pese a que se ha normalizado la ingesta de bebidas alcohólicas en medio de las fiestas, celebraciones o en la media tarde con amigos, lo cierto es que en cantidades excesivas puede derivar en una adicción y volverse perjudicial para la salud del organismo.

Una mujer con dolor de cabeza por consumo de alcohol | Foto: Getty Images

De acuerdo con los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, en el largo plazo, esta sustancia propicia el desarrollo de diversas afecciones y desmejorar la calidad de vida. Entre las consecuencias más serias de este mal hábito es que puede alterar la personalidad de los individuos, afectando su salud mental.

Quienes presentan una adicción también pueden experimentar problemas en su entorno más cercano, con sus amigos, familiares y en el ámbito laboral, debido a que el alcohol en exceso inhibe un comportamiento responsable y coherente.

Con respecto al daño físico, desde el portal Mayo Clinic señalan que el efecto de la ingesta continua de bebidas alcohólicas y en grandes cantidades puede implicar un riesgo para la vida de las personas. En el listado de enfermedades que se relacionan a estas sustancias se listan varios tipos de cánceres, como el de boca, hígado, garganta o esófago.

Igualmente, puede incidir en el desarrollo de afecciones como la hipertensión, la enfermedad del hígado graso, infartos y accidentes cerebrovasculares. No está de más mencionar que durante el embarazo se desaconseja su consumo por los efectos que pueda tener sobre la salud de la madre y el bebé.

¿Todas las bebidas son igual de dañinas?

Antes de precisar lo que dicen los expertos sobre las bebidas alcohólicas y sus diferencias, es necesario aclarar que estas sustancias tienen una característica común: contienen ‘calorías vacías’.

Según explican desde el portal Men’s Health, lo anterior quiere decir que son productos con alto contenido de calorías, pero que no son complementadas con una cantidad similar o destacable de vitaminas o minerales, por lo que puede propiciar el aumento de peso, por ejemplo.

Cada tipo de bebida contiene más o menos contenido calórico y su efecto en la salud también varía de acuerdo con la cantidad que se ingiera. Ahora bien, se han adelantado diversas investigaciones para comparar las consecuencias dañinas del consumo de ciertas bebidas para la salud.

Según indican desde un artículo publicado en Business Insider, los especialistas han comprobado que la combinación de ciertos componentes pueden ser más perjudiciales para el organismo.

¿Cuáles son?

Hace parte de este listado la sangría, una mezcla que se forma a partir de vino, bebidas alcohólicas destiladas, zumo, frutas y refrescos azucarados. Una bomba de azúcar para el organismo.

Solamente un vino tinto de postre, de acuerdo con la Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos (Medline Plus), puede tener hasta 165 calorías por 90 mililitros.

Por otra parte, el texto también señala que otra combinación dañina para la salud es la de los cocteles, sobre todo los que se componen de ingredientes ricos en cafeína, azúcares, como el chocolate, o bebidas energéticas.

En este sentido, se sugiere disminuir la ingesta de preparaciones como los mojitos o las margaritas que, añaden, contienen un alto contenido de azúcares por sus ingredientes. Cabe decir que, según Medline Plus, un cóctel como la margarita puede llegar a contener 168 calorías por cada 120 mililitros; y un mojito, 143 calorías por 177 mililitros.