Dormir bien y suficiente es esencial para ayudar a mantener una salud y bienestar óptimos. Cuando se trata de la salud, el sueño es tan vital como el ejercicio regular y una dieta balanceada, precisa el portal Medical News Today.

Tener un buen sueño ayuda a mejorar la productividad y la concentración, reduce el riesgo de aumentar de peso, favorece la regulación de las calorías, ayuda a las personas a tener un menor riesgo de enfermedad cardiovascular y evita la depresión, a la vez que fortalece el sistema inmunológico.

De acuerdo con los expertos, lo ideal es que en la edad adulta las personas duerman mínimo siete horas para que el cuerpo pueda recuperarse y estar al pleno de sus capacidades al siguiente día.

Sin embargo, los patrones de sueño tienden a cambiar a medida que las personas envejecen. La mayoría de ellas encuentran que el paso de los años los lleva a tener dificultades para conciliar el sueño. Se despiertan con más frecuencia durante la noche y se levantan más temprano por la mañana, precisa la biblioteca médica MedlinePlus.

Con el transcurrir del tiempo puede ser más difícil que la persona se quede dormida o pasar más tiempo total en la cama. La transición entre el sueño y despertarse con frecuencia es abrupta, lo que hace que los adultos mayores sientan que tienen un sueño más ligero que cuando eran jóvenes.

“Se pasa menos tiempo durmiendo profundamente y sin soñar. Las personas mayores se despiertan en promedio de tres a cuatro veces cada noche. También son más conscientes del hecho de estar despiertos”, precisa la citada fuente.

Los expertos explican que esto sucede porque pasan menos tiempo en el sueño profundo. Otras causas incluyen la necesidad de levantarse a orinar (nicturia), ansiedad e incomodidad y dolor por enfermedades prolongadas (crónicas).

Los especialistas aseguran que la privación del sueño con el tiempo puede ocasionar confusión y otros cambios mentales. Los inconvenientes con el sueño también suelen ser un síntoma común de depresión.

MedlinePlus asegura que el insomnio es uno de los problemas más comunes en las personas de edad avanzada, pero también se pueden presentar otros trastornos del sueño como, por ejemplo, síndrome de las piernas inquietas, narcolepsia o hipersomnio.

La apnea del sueño, una afección en la que la respiración se detiene por un tiempo durante el sueño, puede causar problemas graves y afectar la forma como las personas de más edad duermen en la noche.

El instituto de investigaciones Mayo Clinic indica que la mayoría de los cambios en el sueño relacionados con la edad tienen lugar antes de los 60 años y, en general, afectan más a los hombres que a las mujeres. Dada la importancia del sueño, los especialistas plantean algunos consejos para ayudar a dormir mejor.

1. Revisar los medicamentos y los suplementos que la persona consume, pues es posible que su uso afecte la calidad de sueño.

2. Evita tomar líquidos hasta dos horas antes de ir a la cama para reducir las idas al baño.

3. Si hay algún dolor que mantiene despierta a la persona, es importante hablar con el médico para evaluar si el consumo de un analgésico de venta libre antes de ir a la cama ayuda.

4. Mantener el ambiente en donde se duerme lo más oscuro posible. La luz altera el ritmo natural que tiene el cuerpo para dormir.

5. Limitar el consumo de cafeína, en particular dentro de las ocho horas previas a acostarse.

6. Evitar tomar alcohol cerca de la hora de ir a dormir.

7. Es importante limitar la duración de las siestas durante el día.

8. Acostarse a la misma hora cada noche.

9. Pasar más tiempo al aire libre y mantenerse activo durante el día.

10. Reducir los niveles de estrés a través de ejercicio, terapia u otros medios.