Una gran ola de covid-19 se cierne en el mundo. Según el epidemiólogo Jaime Ordóñez, el 50,5 por ciento de los países presentan hoy un riesgo excesivo de transmisión de la enfermedad y por quinta semana consecutiva se observa un aumento global en el número de casos nuevos. Y de todas las regiones, la que está en mayores problemas es Europa.
Según la OMS, casi dos tercios de las nuevas infecciones (alrededor de 1,9 millones) se dieron en esta región, marcando así la quinta semana consecutiva en que la propagación del virus ha aumentado en dicho continente. De los cinco países principales que informaron la mayor cantidad de casos la semana pasada, cuatro están en Europa: Rusia, Alemania, Reino Unido y Turquía.
Y de este grupo, Alemania es el caso más alarmante. Se encuentra en la cúspide de una cuarta ola que podría ser la más grave del país en toda la pandemia, pues en los cinco últimos días ha registrado las tasas diarias de infección más altas desde enero de 2020, con 48.640 nuevos casos. Las autoridades de salud alemana advirtieron que ya se enfrentan a una presión sin precedentes en las salas de cuidados intensivos, por lo que están contemplando cierres.
Christoph Spinner, un infectólogo del hospital universitario Rechts der Isar de Múnich, dijo a los medios que las tres cuartas partes de los que estaban siendo tratados por covid grave no estaban vacunados. Ante esto, el ministro de salud alemán, Jens Spahn, señaló que para el final del invierno todos en Alemania estarían “vacunados, recuperados o muertos”.
Pero si por Alemania llueve, en los países vecinos no escampa. En Austria, ante la nueva ola, el Gobierno está tomando medidas restrictivas como permitir la asistencia de solo vacunados o recuperados de covid a los mercados navideños.
En Países Bajos impusieron el primer cierre parcial desde el verano, y Trieste, que impuso el más duro pasaporte covid de Italia, ha visto doblar sus casos diarios. “Hemos regresado a los días oscuros de la pandemia”, dijo la semana pasada el jefe de una de las unidades de cuidados intensivos de esa ciudad después de un aumento en las admisiones hospitalarias, el 90 por ciento de las cuales era de personas no vacunadas.
En Europa hay diferencias entre países. Austria, Alemania, Bélgica, Países Bajos y Francia están registrando muchos casos, pero no una alta mortalidad, mientras que el pico de muertes se está dando en Europa del Este y en Rusia, según Ordóñez por dos situaciones: “Una es que el sistema de salud de esos países no tiene cómo absorber ese nivel de enfermos y la otra es que podría haber subregistro de casos, es decir, que su nivel de casos también sea tan alto como Alemania y no los tiene reportados”.
En otras partes del mundo, delta sigue al acecho. En la región del Pacífico Occidental, Fiji, Vietnam y Nueva Zelanda registraron los mayores cambios. Estados Unidos sigue liderando el mundo con más casos semanales y, según la OPS, algunos de los países más poblados de América Latina como Brasil y Colombia han visto un aumento de los casos luego de semanas de declive. En Colombia, por cuarta semana consecutiva, aumentaron las muertes y el riesgo de transmisión fue considerado alto.
Y qué decir de África. Si bien en el panorama global este continente luce menos grave que el resto, hay que aclarar que el subregistro de casos en estos países es muy alto, lo cual sesga la información. “En términos generales, todo el mundo está llevado de covid, pero la diferencia está en que unos registran y otros no”, dice Ordóñez.
La pregunta que todos se hacen es por qué si hay vacunas el mundo está regresando a niveles pandémicos similares a los vividos en 2020. La respuesta corta es que las pandemias son largas y hasta el momento ningún país en el mundo ha alcanzado inmunidad de rebaño, que se estima podría lograrse cuando 90 por ciento de la población tenga anticuerpos, pero por la vía de la vacunación.
La razón es que, según un estudio de los CDC en Atlanta, el riesgo de reinfección de los que se infectaron y no están vacunados es cinco veces mayor que el de los que están vacunados. “La capacidad de defensa de la vacuna es superior a la infección”, dice Ordóñez. “Pero lograr el 90 por ciento de la población con esquema completo de vacunación demora, porque implica que los ya vacunados deben recibir refuerzos mientras se termina el proceso de vacunación”.
Sin embargo eso no explica todo el fenómeno. Según los epidemiólogos, los movimientos antivacunas, que son muy activos en Europa, han obstaculizado el proceso al convencer a muchos con sus argumentos falsos, de que los biológicos no sirven o son dañinos.
De todos los países europeos occidentales, Alemania tiene la menor tasa de vacunación (62,8 por ciento) y la más alta de infección, con más de 1.000 casos diarios por millón. En Austria, el movimiento contra las vacunas ha provocado que las tasas de vacunación se mantengan en menos del 60 por ciento de la población en algunas zonas. Aun así, otros argumentan que la historia no está completa con la teoría de la baja vacunación.
Dan como ejemplo que Países Bajos está experimentando un aumento aterrador en los casos en las últimas dos semanas, a pesar de que el 73 por ciento de su población está completamente vacunada. Por eso creen que también incidió la movilidad de las personas y el relajamiento de las medidas de bioseguridad. En Europa, el verano se vivió como si la pandemia nunca hubiera existido.
Aún hace pocas semanas en Colonia, Alemania, miles de personas se congregaron para celebrar la temporada de carnavales, mientras que en Ámsterdam los cafés estuvieron atestados de clientes durante el verano y el otoño, como si no hubiera pandemia. En París, escenas muy parecidas se observaron en el mismo periodo.
Un análisis hecho por el diario The Telegraph, con datos de movilidad de Google, confirma que en Europa Occidental hubo un gran aumento en el nivel de socialización a principios de otoño que explicaría la nueva oleada viral. Gracias a ese análisis se observa que la gente regresó a la oficina en un número mucho mayor en el continente que en el Reino Unido, donde no se está presentando la oleada en dichas proporciones.
El trabajo también revela que en septiembre los europeos viajaron más hacia Austria, Alemania, Países Bajos e Italia, en una proporción que excede incluso los niveles prepandémicos. “Es probable que un mayor movimiento en Europa continental sea una de las razones del aumento en el número de casos”, dijo a ese diario Paul Hunter, profesor de Medicina en la Universidad de East Anglia.
Además de esto, está la variante delta, que según la OMS hoy es la dominante en el mundo. Es claro que delta tiene mayor capacidad de infección y podría generar un mayor riesgo de morir que con la versión original del nuevo coronavirus. En conclusión, esta mezcla de variables que van desde bajos índices de vacunación, reducción de la inmunidad entre los ya vacunados y la circulación de variante delta están generando la situación que hoy vive el mundo frente a la pandemia. “Esto nunca ha estado bajo control”, dice Ordóñez.
En sus estudios prospectivos observa que en diciembre el mundo estará con una oleada global de covid de la que podría estar saliendo apenas en el segundo semestre de 2023. Todo dependerá de cuánto se demore en alcanzar la meta de 90 por ciento de población vacunada con dos dosis. “Hasta que eso no se alcance seguimos en esto. A veces peor, a veces mejor”.