El cuerpo humano requiere de nutrientes para funcionar de manera adecuada. Si bien algunos de ellos son producidos por el mismo organismo, la mayoría se deben obtener de fuentes alimenticias.

Uno de los que menos se conoce, pero es de gran importancia es la colina. El cerebro y el sistema nervioso la necesitan para regular la memoria y el estado de ánimo, para el control muscular y otras funciones, según los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos.

Este nutriente también es necesario para formar las membranas que rodean las células del organismo. El hígado puede producir una pequeña cantidad, pero la mayor parte de este nutriente proviene de los alimentos que las personas consumen.

Este es un nutriente clave para el organismo, en general, pero particularmente para el cerebro. Según información de la compañía de salud Sanitas, de España, la importancia de la colina se debe a que es precursor de sustancias fundamentales, entre ellas, la fosfatidilcolina, la esfigmomielina, la aceltilcolina y la betaina.

La primera es una sustancia que mantiene jóvenes las membranas celulares, no solo cerebrales sino de todos los órganos. Además, de acuerdo con Sanitas, favorece el flujo de entrada de nutrientes y la salida de productos celulares de desecho, la comunicación intercelular y la producción de energía.

Por su parte, la esfigmomielina, es determinante también para mantener sanas y jóvenes las células, pues en caso de presentarse una deficiencia se puede ocasionar el envejecimiento de las mismas.

La acetilcolina interviene en la memoria y el entendimiento. “Niveles adecuados de esta sustancia parecen proteger de enfermedades degenerativas cerebrales, como son la demencia senil, y la enfermedad de Alzheimer. Se estudian actualmente las dosis de colina óptimas para este efecto protector”, precisa Sanitas.

Por último, la betaina es una sustancia de grasa y protector hepático, que parece tener también un efecto para cuidar la salud de las arterias.

Más funciones

Los Institutos Nacionales de Salud indican que hay investigaciones que demuestran que obtener suficiente colina podría ayudar a mantener el corazón y los vasos sanguíneos saludables, en parte porque reduce la presión arterial. Sin embargo, se requiere más investigación para determinar los reales efectos de este nutriente en la salud del corazón, pues hay otros análisis que indican lo contrario.

Otra de las bondades que se le atribuyen a este nutriente es que ayuda a mover la grasa fuera del hígado, previniendo de enfermedades hepáticas, según un estudio publicado en Advances in Nutrition y citado por el portal Mejor con Salud. “La colina también libera al hígado para realizar sus funciones clave de filtrado, desintoxicación y conversión de alimentos en energía”, argumenta este sitio web.

De acuerdo con los expertos, el consumo de alimentos que contengan este nutriente es clave, por ejemplo, para las mujeres embarazadas. La ingesta de colina por parte de la madre podría tener algún grado de influencia en el desarrollo de la memoria y del cerebro del bebé cuando se encuentra en etapa de formación.

“Las mujeres embarazadas y lactantes, además de los niños, pueden consumir colina dentro de los parámetros de ingesta adecuada recomendada. La suplementación fuera del régimen alimenticio usualmente no es necesaria si se sigue una dieta saludable”, asegura Mejor con Salud.

¿Qué alimentos proporcionan colina?

En una dieta variada es fácil obtener los niveles adecuados de colina, dicen los Institutos Nacionales de Salud. Algunos de los productos que la proporcionan son la carne, el huevo, el pollo y los productos lácteos. De igual forma, se puede hallar en las papas y verduras crucíferas como coles de Bruselas, brócoli y coliflor y en algunos tipos de fríjol, nueces, semillas y granos enteros.

Si este nutriente no se obtiene de los alimentos, también existen suplementos dietéticos minerales multivitamínicos que lo pueden aportar. Algunos de ellos se hallan en el comercio en forma de bitartrato de colina, fosfatidilcolina o lecitina. También hay suplementos dietéticos que contienen solamente colina.

Lo ideal es mantener los niveles indicados en el cuerpo. Cuando esto no sucede y hay exceso de colina puede causar un olor corporal a pescado, vómito, sudoración o salivación pesada, baja presión arterial y lesión hepática. De igual forma, según los especialistas, hay investigaciones que sugieren que altas cantidades de colina podrían aumentar el riesgo de padecer enfermedad cardíaca.