La obesidad es una afección compleja que consiste en tener una cantidad excesiva de grasa corporal. Como tal, este no es solo un problema estético, sino que aumenta el riesgo de enfermedades y problemas de salud, como afecciones cardiacas, diabetes, presión arterial alta y cáncer, según Mayo Clinic, entidad sin ánimo de lucro dedicada a la práctica clínica, la educación y la investigación.

De este modo, la nutrición y el sueño se relacionan directamente con el riesgo de padecer obesidad, ya que una dieta con excesivos carbohidratos y problemas de insomnio puede ocasionar sobrepeso. Esto se debe a que el cuerpo es controlado por la grelina, una sustancia que despierta el apetito y la leptina, la cual promueve la reducción de ingesta energética por medio de sensaciones que provocan saciedad.

Theresa Schnorbach, experta en investigación del sueño, mencionó que “es así como, la falta de sueño provoca subidas de la hormona que hace que se antojen alimentos ricos en calorías. La pérdida de sueño también eleva los niveles de cortisol, lo que afecta a la capacidad del cuerpo para regular la glucosa y puede contribuir al aumento de peso, la resistencia a la insulina e incluso la diabetes de tipo 2″.

Así mismo, un congreso científico, la asociación norteamericana para el Estudio de la Obesidad, señaló que el riesgo de sufrir obesidad aumenta un 73 % si se duerme menos de cuatro horas por noche, un 50 % si se duerme cinco horas y aumenta un 23 % si se duerme seis horas en la noche.

En ese sentido, existe otros malos hábitos que aumentan el riesgo de padecer sobrepeso y obesidad, por ello, El Diario da a conocer algunos de ellos:

  • No sentarse a comer: La forma en la que se come afecta el cuerpo y la salud, por lo que comer de pie lleva a un mayor consumo de alimentos. En cambio, sentarse y digerir los alimentos puede ser una buena forma de mantener un peso ideal, porque esto ayuda a controlar la cantidad de comida que se consume.
  • Comer demasiado rápido: Por lo general, no tomarse el tiempo necesario para comer puede perjudicar a algunas personas aumentando el peso. Comer en menos de 15 minutos puede ocasionar que el hambre aparezca de nuevo, por lo cual se consumirá una cantidad mayor de alimentos. Por esta razón, La Sociedad Española para el Estudio de la Obesidad (SEEDO) aconseja dedicar un mínimo de 40 minutos a la comida del mediodía.
  • Ver televisión mientras se come: Este es uno de los hábitos más comunes pero menos saludable. Según una investigación publicada en Journal of the Academy of Nutrition and Dietetics, los adultos que comen frente al televisor tienen un 37 % más de probabilidades de ser obesos que los que no lo hacen.
  • Prescindir de fruta de postre: Comer una fruta como postre ayuda a que organismo tenga mayor saciedad, ya que estas son ricas en fibra, agua, vitaminas y minerales.